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El gobierno de Estados Unidos deportó 1,327 cubanos durante los primeros cinco meses del año fiscal 2020, cifra que marca una escalada sin precedentes en el retorno forzoso de personas a la isla.
Las estadísticas entregadas por el Departamento de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) a CiberCuba, indican un crecimiento exponencial de las deportaciones a Cuba desde el período fiscal 2019, cuando se estableció un récord histórico de 1,179 cubanos devueltos.
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El ritmo promedio es de 8 cubanos deportados por día, cuando aún no se ha cumplido el primer semestre del presente año fiscal.
Nunca antes desde la firma del acuerdo migratorio entre Washington y La Habana, en 1984, una administración estadounidense había deportado una cantidad similar de cubanos, y la cifra para cuando concluya el presente año fiscal -el próximo 30 de septiembre- pudiera multiplicarse en espiral.
Néstor Yglesias, portavoz de ICE, dijo a CiberCuba que la agencia está realizando vuelos sistemáticos desde los estados de Florida y Luisiana para retornar a Cuba grupos de personas detenidas con orden final de deportación, entre ellos inmigrantes de reciente ingreso en el país.
En uno de esos vuelos directos a La Habana desde el Aeropuerto Internacional de Miami, el pasado viernes, el ICE deportó a 119 cubanos, en lo que constituye la segunda mayor deportación masiva de las últimas dos décadas con destino a la isla. El pasado 30 de agosto, un total de 120 inmigrantes cubanos fueron devueltos en un solo operativo.
"Las operaciones masivas de deportación a Cuba se han convertido ya en algo común bajo esta administración", dijo a CiberCuba el abogado de inmigración Willy Allen. "Las detenciones de personas con orden de deportación se han incrementado drásticamente en los últimos meses".
Durante los tres años cumplidos por Donald Trump en la Casa Blanca, han sido deportados 3,129 cubanos, una cifra histórica en las últimas tres décadas. El número es cuatro veces superior incluso a la suma de las personas retornadas por Barack Obama (341) y George W. Bush (416), que arroja un total de 757.
Con las cifras más recientes, Cuba se sitúa en el grupo de países a los que Estados Unidos deporta más de mil inmigrantes indocumentados anualmente, junto a México, Brasil, India, Honduras, Guatemala, Colombia, República Dominicana, Ecuador, El Salvador y Nicaragua.
Más de 39,000 cubanos tienen orden final de deportación, según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS). El proceso se ha agilizado después del acuerdo establecido el 12 de enero de 2017 para modificar la política migratoria entre ambos países, y que ha movilizado una estrategia más agresiva por parte del ICE.
Las autoridades cubanas aceptaron que la devolución a Cuba de sus nacionales con orden final de deportación en Estados Unidos se realizara mediante un proceso de “evaluación caso por caso”, sin que se pretendiera establecer un canal para deportaciones masivas.
Pero en la práctica, las operaciones de deportación han funcionado sobre ruedas entre Washington y La Habana, figurando entre los escasos tópicos de la relación bilateral que no se han visto afectados como resultado del recrudecimiento de sanciones al régimen cubano por parte de la administración Trump.
Aunque un reciente informe de la Oficina del Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) incluyó a Cuba entre los más de 30 países que seguían obstaculizando la entrega de documentos de viaje para deportar a sus ciudadanos, la realidad de los últimos meses parece apuntar a una mayor viabilidad para las devoluciones expeditas a la isla.
Ni un centavo para el gobierno cubano
Si los deportables que son detenidos por ICE no logran conseguir la documentación de viaje y el visto bueno de las autoridades cubanas para recibirlos en un plazo de 90 días, son nuevamente puestos en libertad.
El ICE negó versiones transmitidas por familiares de los deportados de que el gobierno cubano esté recibiendo dinero a cambio de recibirlos.
"Al gobierno cubano no se le paga ni un centavo por las personas deportadas", dijo un funcionario de ICE a CiberCuba.
Sin embargo, hay costos asociados a la operación para sacar a un individuo de Estados Unidos, desde el momento de su identificación hasta el paso final de la deportación. Se estima que los gastos necesarios para identificar, detener, procesar a una persona en un tribunal de inmigración y removerlo del país superan los $12,200 dólares.
En el caso de los cubanos deportados que se encuentran bajo tratamiento médico, en el momento de regresar se les facilitan las medicinas necesarias por los siguientes tres meses.
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