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El gobierno de Estados Unidos deportó a 1.179 cubanos durante el año fiscal 2019, una cifra que constituye un récord histórico desde la firma del acuerdo migratorio bilateral de 1984, según dio a conocer este miércoles el Departamento de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Las estadísticas muestran que el retorno forzoso de cubanos aumentó en más de dos veces en comparación con 2018, cuando fueron devueltos a la Isla 463 ciudadanos. En 2017 apenas se efectuaron 160 deportaciones. Ello significa que en los últimos dos años ha habido un alza de 600%.
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Durante los tres años que lleva Donald Trump en el poder, su administración ha deportado a 1.802 cubanos, una cifra sin precedentes en los últimos 20 años. El número es mayor incluso que la sumatoria de las personas retornadas por Barack Obama (341) y el republicano George W. Bush (416), que arroja un total de 757.
En conferencia de prensa, Matthew T. Albence, director en funciones del ICE, reconoció que el gobierno castrista está colaborando con su agencia. “Cuba coopera con nosotros en la emisión de documentos de viaje, algo que no hacía anteriormente”.
Su declaración se contradice con lo expresado a CiberCuba en septiembre por otro funcionario de la entidad, quien reprochó el habitual comportamiento de la nación caribeña de no aceptar el regreso de sus nacionales con orden de deportación. “Los retrasos en la devolución de detenidos a Cuba es un asunto de nuestra mayor atención”, dijo entonces.
En esa fecha, a pocos días de concluir el año fiscal 2019, había en Estados Unidos 39.246 cubanos con orden final de deportación; de ellos, 741 estaban detenidos en centros de inmigración.
En marzo, un informe de la Oficina del Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) incluyó a Cuba dentro de los más de 30 países que seguían obstaculizando la entrega de documentos de viaje para deportar a sus ciudadanos.
La no cooperación con el ICE puede acarrear sanciones a dichos países, de acuerdo a lo establecido en un Memorando de Entendimiento suscrito por el DHS y el Departamento de Estado en 2017. El documento otorgó facultades al ICE para monitorear la actitud de los gobiernos en cuanto a la repatriación de sus nacionales, y a solicitar al Departamento de Estado que no les de visas a los ciudadanos de aquellos países que no lo hagan.
El aumento de cubanos retornados en los últimos años es sobre todo el resultado del acuerdo sobre política migratoria firmado por Cuba y Estados Unidos el 12 de enero de 2017, a pocos días de que Barack Obama dejara la presidencia. El documento incluyó el compromiso por parte de Cuba aceptar –tras un proceso previo de evaluación “caso por caso”– el regreso de personas consideradas como “no elegibles” para permanecer en Estados Unidos.
A mediados de ese año las autoridades de ICE comenzaron a retener con mayor frecuencia a cubanos que no habían regulado su estatus y periódicamente debían verificar sus datos y revalidar sus permisos de trabajo.
El 30 de agosto Estados Unidos expulsó a 120 inmigrantes cubanos en un solo vuelo, lo que constituyó el mayor operativo de repatriación con destino a Cuba en años recientes, anunciaron fuentes federales.
Los acuerdos entre Washington y La Habana conllevaron a la derogación de la política de “pies secos-pies mojados” por parte de Obama, lo cual significó que cientos de inmigrantes cubanos que se encontraban rumbo a Estados Unidos quedaran desprotegidos. Actualmente, muchos de ellos engrosan las listas de las caravanas de Centroamérica que intentan llegar a la frontera de México con Estados Unidos.
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