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El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, se reunió este martes con su homólogo mexicano, Marcelo Ebrard, en la capital del país azteca donde dialogaron sobre la cooperación entre ambos países en materia de acuerdos migratorios.
México experimenta una de las crisis migratorias más tensas de los últimos años. Sobre todo, con el desarrollo de caravanas que atraviesan el territorio nacional para cruzar la frontera hacia Estados Unidos. Hasta la fecha se ha registrado la presencia de más de 6 mil cubanos dentro de los grupos de indocumentados.
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En lo que va de año cerca de 500 cubanos han sido deportados desde México hacia la Isla.
De acuerdo con la cancillería mexicana, el encuentro entre ambas figuras sirvió para “hablar de los retos regionales y de la forma de adaptar” la “cooperación en materia migratoria”.
Ebrard, por su parte, calificó de “espléndida” la reunión de trabajo con Bruno e indicó que otros temas como el turismo, las inversiones y restantes “causas comunes en el ámbito global" fueron tratados.
Paralelamente, el Ministerio de Exteriores de Cuba emitió un comunicado donde se afirma que ambos políticos "ratificaron la voluntad de aprovechar las oportunidades que ofrece el positivo estado de las relaciones bilaterales".
El representante del cuerpo diplomático de la Isla en México, Pedro Núñez, el director general de América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores, Eugenio Martínez, así como, el embajador designado en Cuba por el país centroamericano, también estuvieron presentes durante el encuentro.
Cada vez es mayor el número de cubanos que llega a México con la intención de cruzar la frontera hacia los Estados Unidos y así pedir asilo.
Entre octubre y abril últimos un total de 4.737 cubanos, sin estatus legal, ingresaron a Estados Unidos en los cruces de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza ubicados en El Paso.
No obstante, debido a cambios en la política norteamericana, impulsada por el gobierno de Donald Trump, se ha limitado el número de solicitudes a procesar en los cruces por tierra, obligando a las personas a esperar hasta cinco meses en lugares como Ciudad Juárez.
Según AP “los cubanos que llegaron el mes pasado pagaron alrededor de 2 mil dólares a los traficantes para poder acercarse a la frontera con Estados Unidos”. A esta cifra se suman entre 150 y 400 dólares en la ciudad de Tapachula, limítrofe con Guatemala, para contratar a un abogado que les consiga una orden de la corte que les permitiera trasladarse legalmente por México.
Desde que Estados Unidos pusiera fin a la política de “pies secos-pies mojados” la mejor opción es la frontera norte de México. Muchos llegan a través de países como Panamá o Nicaragua, que en los últimos meses han otorgado visas a los residentes en la Isla, que viajan con fines comerciales y turísticos y luego hacen el periplo por todo Centroamérica.
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