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El Período Especial vuelve a estrujar la economía de la isla y, otra vez, la mesa de los cubanos es su mayor víctima. De todo lo que escasea (que es casi todo), la carne de cerdo es de lo más se extraña en cada rincón del país. De ahí que diariamente aumente el número de los que deciden producirla en el patio trasero de su casa.
De 39 años, Enrique, un médico habanero que cría cerdos de forma clandestina donde vive en La Lisa, asegura que “como el Estado no garantiza de forma estable ningún producto para la alimentación humana y animal, uno tiene que tomar medidas drásticas.
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“Queda claro que no habrá carne suficiente en buen tiempo, pero tampoco hay huevos o pescado y el pollo, las salchichas y el picadillo no se estabilizan en las tiendas, así que tenemos que arreglárnosla nosotros mismos como podamos.
“Cuando llego del hospital me pongo a limpiar la cochiquera y busco sancocho (sobras de alimentos) en casa de varios vecinos para alimentar a mi puerca. He logrado que para con bastante naturalidad y le hablo porque le he tomado cariño. Tengo que agradecerle lo que le doy de comer a mis tres hijos.
“Hasta ahora me da negocio vender las crías que una sola puerca me da, pero si tengo que tener más de una, así me pongan una multa, lo haré porque no puedo dejar que mi familia pase hambre. Al ritmo que vamos, creo que el gobierno pretende que nos convirtamos en un país de vegetarianos”, destaca el doctor.
Del mismo modo, el taxista Mario, quien reside en el segundo piso de un edificio multifamiliar en Arroyo Naranjo, explica que los vecinos de la primera planta tienen puercos desde hace años en el patio de la casa y que eso da tremenda peste, pero entiende que la gente haga “cualquier cosa por un bistec”.
En palabras del chofer de 45 años, “está empezando la época de lluvia y eso hace que se revuelvan los insectos y las enfermedades cerca de donde hay puercos, mas no puedo prohibirle a nadie que los tenga. Lo que sí es real es que, con salarios de 500 pesos cubanos, las personas no pueden pagar 60 o 70 pesos por una libra de cerdo.
“Además, es injusto que elevaran los impuestos de los productores en medio de la penuria alimentaria que estamos viviendo. Si el problema de la comida es prioridad para el país, deberían estimular la producción bajando los compromisos fiscales.
“El cerdo es prácticamente la única carne roja que consume el cubano promedio. Es el plato nacional y no lo vemos ni en pintura. Mucha gente no tiene proteína que comer porque hasta el precio de los frijoles está mandado a correr. Todavía si habláramos de mariscos uno no se alarmaría tanto porque la población está habituada a no tenerlos, pero resulta que ahora es más difícil comprar puerco que pescado”, indica alarmado.
El descenso de la producción de carne porcina en Cuba se hizo más notable durante el primer trimestre de 2019 debido a la deuda estatal de alimento con los productores y podría empeorar en los próximos meses. Vale subrayar que la deficiente alimentación ha propiciado el nacimiento de cerdos bajo peso y el aumento de las mortalidades.
Las propias autoridades del sector agrícola han reconocido que “no hay cerdo” para llegar a las 198 mil toneladas planificadas para el 2019. Datos oficiales revelan que en lo que va de año se han dejado de producir más de 50 mil toneladas.
A tenor con lo que comenta Aldo en el sitio web de Cubadebate: “Lo que no tiene sentido en esta historia es que con tanta tierra llena de marabú que hay en Cuba, el gobierno tenga que comprar piensos en el extranjero con dólares, sabiendo que puede haber cuatro cosechas de maíz al año. Eso nada tiene que ver con el bloqueo externo, porque NO creo que los americanos nos impidan sembrar maíz, plátano y boniato.
“Además, si un campesino produce mucha carne de cerdo y empieza a ganar mucho dinero, enseguida le parten las patas, porque NO quieren que el que trabaja y es productivo logre éxitos económicos y por eso no se avanza. La única forma de salir de la pobreza es creando riquezas y mientras nuestro país siga castigando al que produce mucho, no vamos a salir adelante y siempre será más de lo mismo”, afirma.
Según considera la matancera Teresa, “hay provincias en las que venden en los mercados solo diez libras por persona, pero esa no es la solución. La carne de puerco se rige mayormente por oferta y demanda y mientras más desesperada está la gente y menos se produce, más cuesta. Mucha gente se dedica a vender los turnos de la cola para comprarla.
“Creo que llegará el momento en que no veamos un puerco ni en los muñequitos de Peppa Pig que ve mi nieta. Hasta el momento solo en los puntos de venta privados es que uno puede conseguir un pedazo de carne decente. En los mercados estatales es donde más se roba y el pueblo siempre sale perdiendo. El problema está en que a los particulares va el que quiere y puede; el resto, no tiene opción”, plantea la ama de casa.
Desde la óptica de Julia, cuyo padre trabaja en el campo, “¿cómo es posible que el campesino le deba entregar al Estado el 45% de los ingresos si no se le garantiza el 100% de la comida o no se le entrega en tiempo? Por eso hay tanta gente que quiere dejar de criar animales o quedarse con menos cantidad. Es un dolor de cabeza buscarles alimento.
“Nos hemos acostumbrado demasiado a depender de mercados externos y ya no sabemos cómo lograr que nuestra economía tenga autonomía, al menos en lo que a la producción de alimentos se refiere. Nos hemos acostumbrado a vivir de las importaciones y a poner a dirigir a los menos capaces.
“¿Lo que yo quisiera saber es a cómo está la libra de ineficiencia en Cuba? Es increíble como en este país se le da una justificación a lo mal hecho. Llevamos décadas cometiendo un absurdo tras otro y nada cambia. Hay muchos directivos, comerciales y otros escogidos, que prefieren, claro está, dar un viaje al exterior a comprar lo que puede producirse aquí”, indica.
Cuba cuenta con más de 14 mil productores porcinos en el sector cooperativo y campesino, los cuales entregan el 92% de la demanda nacional.
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