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La ineficiencia de los cajeros automáticos continúa complicando la vida de los cubanos. La tecnología, que supuestamente sirve para facilitar la vida de las personas, se convierte en la Isla en una dificultad adicional a la ya fatigosa vida de sus habitantes.
El periódico 5 de Septiembre denuncia las irregularidades del servicio en Cienfuegos. Allí, además de los problemas técnicos que habitualmente presentan los ATM, la población se queja de la poca disponibilidad que existe: 17 en total, 11 del Banco Popular de Ahorro y seis del Banco de Crédito y Comercio.
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Las cuentas son claras: esas dos entidades bancarias suman más de 75.000 clientes de tarjeta magnética, sin contar los titulares de tarjetas de débito y las de los trabajadores internacionalistas.
La situación es aún peor para quienes habitan en zonas de la periferia o en los municipios, pues el servicio solo está disponible en las áreas céntricas de la ciudad, en la Refinería y en Aguada de Pasajeros.
En los demás territorios los usuarios solamente pueden acudir a las sucursales de Cadeca y a los bancos para extraer el dinero, locales que no funcionan por las noches, ni los sábados por la tarde, ni los domingos.
La publicación cuestiona por qué no hay cajeros automáticos en otros lugares con mucho tráfico de personas, como el hospital provincial.
También el pago con tarjeta en las tiendas, que incluso ha sido promocionado mediante campañas de descuentos en las compras, es “tortuoso” para los clientes.
Recientemente el diario Juventud Rebelde contaba la historia de una habanera que se lamentaba de que el cajero de su barrio, en El Cerro, pasaba más tiempo averiado que trabajando. Al dirigirse a la administración del Banco Metropolitano, le contestaron que había un problema de “obsolescencia tecnológica”.
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