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El flujo de turismo estadounidense hacia Cuba experimentó un alza importante luego de que los presidentes Barack Obama y Raúl Castro anunciaran en 2014 el inicio de un proceso de restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países. Asimismo, se permitió a aerolíneas y cruceros viajar a Cuba y AirBnB se expandió por la Isla.
A pesar de que todavía hacen escala en los puertos cubanos los cruceros de EE.UU y aerolíneas estadounidenses como American y Southwest continúan volando a Cuba, los dueños de casas particulares y restaurantes privados dicen que las cifras de turistas americanos han ido considerablemente en descenso.
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Existen varias razones, incluidas las nuevas restricciones impuestas por el presidente Trump y la devastación que dejó a su paso el huracán Irma el año pasado, pero para Tom Popper, presidente de InsightCuba, un operador turístico con sede en Nueva York que organiza viajes a Cuba, la razón principal por la que menos estadounidenses están viajando a la Isla es una cuestión de percepción.
Según contó Poper a USA Today, Trump ha adoptado una postura más agresiva contra el gobierno encabezado por Raúl Castro, haciendo que los visitantes estadounidenses duden en viajar a Cuba. El presidente de EE.UU revirtió algunas de las políticas de Obama, incluida la restricción de las visas de "people-to-people" que muchos estadounidenses usaban para aventurarse en la isla.
Pero otros cambios de Obama, como permitir que los cruceros y las aerolíneas estadounidenses viajen a Cuba, quedaron intactos.
"Cambió muy poco las regulaciones, pero el mensaje ha tenido un impacto mucho mayor", dijo Popper, quien proyecta una caída de 25-30% en pasajeros americanos a Cuba este año.
La administración Trump ha dicho que el retroceso de las políticas de Obama sobre Cuba tiene como objetivo cortarle los dólares al gobierno cubano, que controla muchos destinos turísticos, y desviarlos a empresarios cubanos individuales, o sea, los llamados cuentapropistas, pero la realidad es que los cambios han reducido significativamente el número de viajeros estadounidenses y han afectado los negocios de dueños de restaurantes, cafeterías, casas particulares y hostales.
Sumado a todo esto, en 2017, funcionarios estadounidenses acusaron a Cuba de "ataques sónicos" contra diplomáticos estadounidenses en la isla y el Departamento de Estado emitió un aviso de viaje advirtiendo a los estadounidenses que no viajaran a Cuba.
Densil Richardson, quien administra un hostal en Centro Habana, dijo a USA Today que ha sentido la fuerte caída de los visitantes estadounidenses: poco después del anuncio de Obama, su edificio de cuatro dormitorios se llenaría con aproximadamente el 80% de estadounidenses. En estos días, representan menos del 5% de su clientela.
“Algunos de mis amigos que tenían alojamiento y desayuno han cerrado desde que los americanos dejaron de venir. Sienten su ausencia", dijo Richardson.
El 19 de abril se espera que Raúl Castro dimita como presidente de Cuba y sea reemplazado por el actual vicepresidente Miguel Díaz-Canel, una medida que no se prevé favorezca la escasez de visitantes estadounidenses a Cuba.
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