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John Caulfield, exjefe de la antigua Oficina de Intereses de Estados Unidos en Cuba, da por hecho que Miguel Díaz Canel será el próximo presidente de Cuba. En su opinión, tras relevar a Raúl Castro, en el traspaso de poderes que tendrá lugar este 19 de abril, se enfrenta a un gran dilema: elegir entre comunismo o economía, según publica Thehill.com, una web especializada en temas políticos.
Caulfield da por sentado también que el voto a favor del candidato que presente Raúl Castro el 19 de abril en la Asamblea del Poder Popular será unánime. Él asegura categóricamente que fue el propio Castro quien seleccionó a Díaz Canel hace 5 años para sucederle en el Gobierno y desde entonces lo ha preparado para ello. Confía en su fama de "administrador discreto y eficiente".
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Díaz Canel recibirá una herencia envenenada. El socialismo pro-soviético de Cuba mantiene hundida la economía del país. Raúl lo reconoció y por eso en 2011 aprobó los famosos Lineamientos, que buscan darle oxígeno a un sistema económico que agoniza. Fruto de esas reformas nació el cuentapropismo en Cuba y se permitió a los cubanos comprar y vender casas y autos en la Isla.
El éxito de las pequeñas y medianas empresas aterró al núcleo duro del Partido Comunista de Cuba por lo que, según Caulfield, Raúl Castro se vio obligado a paralizar la autorización de nuevas licencias desde el verano pasado, ya que los trabajadores del sector no estatal son vistos como una amenaza para el sistema.
Díaz-Canel se enfrenta de esta forma al reto de continuar con "reformas urgentes", entre las que el exjefe de la Oficina de Intereses de Estados Unidos sitúa, en primer lugar, la doble moneda y la eliminación de empresas estatales deficitarias. También urge atraer inversión extranjera, reconstruir las infraestructuras en Cuba y darle alas a las pequeñas y medianas empresas.
La facción conservadora del PCC teme que Díaz-Canel se convierta en un Gorvachov, que destruya el partido y la revolución, asegura Caulfield. Tampoco ve con buenos ojos los modelos de socialismo chino o vietnamita.
Díaz Canel se ha esforzado en tranquilizar a esta facción dentro de los comunistas cubanos. Su margen de maniobra, según Cauldfield, es limitado porque él no tiene al Ejército detrás apoyándole ni apellido Castro ni el respeto del pueblo cubano. "No puede cambiar la economía y satisfacer a los conservadores del partido. Tendrá que escoger entre comunismo o economía", concluye su artículo de opinión publicado en Thehill.com.
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