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La Unidad de Intervención en Crisis (UIC) del Hospital Clínico Quirúrgico Juan Bruno Zayas en Santiago de Cuba vuelve a atender pacientes con enfermedades mentales, remitidos por entidades o de manera voluntaria, después de tres años cerrada debido a la pandemia por COVID-19.
La unidad, única de su tipo en la provincia, reanuda la atención de personas con una estadía protocolar de 7 a 10 días para su restablecimiento y rehabilitación, tras un diagnóstico inicial en el Cuerpo de Guardia Provincial, comentó a la ACN el doctor Ernesto Pacheco, jefe de la especialidad para adultos en la institución.
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La UIC posee, además, una sala para trastornos emocionales, conocida como “hospital de día”, y otra destinada a los tratamientos de adicciones a drogas, psicofármacos, alcohol y tabaco.
El doctor Pacheco explicó sobre la realización de tratamientos intensivos en la unidad bajo pautas biológicas, psicológicas y sociales, efectuados por un equipo multidisciplinario compuesto por médicos, internos verticales de la Universidad de Ciencias Médicas (UCM), terapeutas, psicólogos, psicometristas, trabajadores sociales y personal de enfermería.
Aunque este servicio psiquiátrico en hospitales generales tiene un enfoque más primario, con el fin de detectar factores de riesgo y enfrentar diversas patologías, es calificado por expertos como la terapia intensiva de la Psiquiatría.
Dentro de las otras tareas que la unidad lleva a cabo está su vinculación con el Programa de Atención Materno-Infantil al asistir a adolescentes embarazadas, la formación de profesionales, el desarrollo de consultas inter-psiquiátricas en otras aéreas del hospital y el trabajo de peritajes psiquiátricos de urgencia pedidos por el Ministerio del Interior.
En ese sentido, el abogado de Cubalex Alain Espinosa alertaba a inicios de este año sobre la sustitución de la figura de “peligrosidad predelictiva” en el nuevo Código Penal por medidas terapéuticas posdelictivas que permiten el internamiento indefinido de acusados en instalaciones psiquiátricas.
Los tratamientos psiquiátricos suelen incluir medicamentos costosos y no han escapado al déficit crónico de medicamentos en Cuba, empeorado durante la pandemia por COVID-19.
Antes de la pandemia ya habían trascendido casos de pacientes psiquiátricos descompensados por falta de medicamentos especializados en las farmacias cubanas. Tal fue el caso en 2019 de un paciente de esquizofrenia paranoide en la Habana Vieja que se había tornado agresivo, atemorizando a sus vecinos ante la inacción de las autoridades de Salud Pública.
Un estudio realizado más de 230.000 pacientes, mayormente norteamericanos, encontró que uno de cada tres supervivientes del COVID-19 fue diagnosticado con un trastorno cerebral o psiquiátrico en los seis meses siguientes a haber enfermado.
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