Pasan los días y la escasez de combustible en Cuba sigue lejos de resolverse, por lo que las largas colas en las gasolineras de La Habana se están convirtiendo en estampa recurrente del día a día.
En las calles de la capital cubana se acumulan las filas de autos que esperan su turno para repostar y los usuarios se ven obligados a esperar varias horas para comprar gasolina.
La crisis energética en la Isla impacta en casi todas las esferas del quehacer diario y ha provocado que los cubanos tengan que esperar varias horas para obtener el ansiado combustible.
La caída de la producción petrolera de Venezuela ha dejado al gobierno cubano sin recursos para afrontar una crisis que va en aumento, a pesar de que el dirigente de la Isla, Miguel Díaz-Canel, asegure que se trata de una "situación coyuntural".
Los problemas de combustible se producen a pesar de que el pasado 14 de septiembre llegó a Cuba un buque petrolero que se suponía iba a aliviar la escasez actual.
Pero no son solo las colas lo único que escenifica el duro momento que vive el país, la consecuente disminución en la circulación de vehículos, como ocurrió este lunes en céntricas calles de La Habana, muestra también la otra cara del déficit de combustible.
Este complejo panorama contrasta, sin embargo, con las declaraciones que hizo el mandatario cubano en Matanzas, donde afirmó que el país ya había superado el primero momento de la crisis energética e incluso aseguró que apenas se habían notado los efectos de la escasez de combustible.
Un día antes Díaz-Canel había alertado de que la Isla no volvería a una "situación normal" en el corto plazo.
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