Mientras Federica Mogherini, la Alta Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea, se reunía en La Habana con los funcionarios del Gobierno cubano, en Santiago de Cuba y otros sitios del país activistas opositores eran arrestados y sometidos por la represión para evitar que llevaran a cabo la Marcha de los Girasoles.
El saldo de detenidos es más de cien y cerca de cinco viviendas fueron allanadas por agentes militares de la isla, sin contar los golpes y vejaciones que sufrieron aquellos que solo con un girasol en las manos decidieron enfrentar al régimen y exigir libertades políticas, económicas y sociales.
Un reportaje de AméricaTeVé reúne algunos videos donde se puede ver a opositores del país llevando a cabo sus protestas y el momento en que militares intervienen a José Daniel García Ferrer y a quienes le acompañaban para detenerlo.
Según se ha sabido pueden estar detenidos, o secuestrados, hasta cinco días para decidir si serán enjuiciados o no.
La Marcha de los Girasoles se intentó llevar a cabo en medio de una de las fechas religiosas más importante que tienen los cubanos: el 8 de septiembre. En el día que se venera a la Patrona de Cuba, la voz de muchos fue silenciada y secuestrada por aquellos que tienen el poder absoluto del país.
Pensar diferente no está permitido. Salirse de la norma es ilegal. Romper con las cadenas es de “mercenarios” y por eso los hombres y mujeres que hoy están tras las rejas, incomunicados y sin garantía de sus más elementales derechos, solo son mencionados por aquellos a los que les duele ver tanta represión.
Los girasoles no son armas de guerra, sino símbolos de luz para los que luchan incansablemente por sus derechos, y a quienes no les importa que hoy la bota militar oprima la garganta del que disiente: se dio un paso más para despertar la conciencia nacional de aquellos que padecen en su letargo político.
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