Omara Ruiz Urquiola vuelve a ser víctima del régimen cubano. Pensar diferente y disentir le ha costado ser expulsada del Instituto Superior de Diseño (ISDi), en La Habana, cuya administración ha esgrimido como excusa que tiene pocas horas frente a sus alumnos.
En declaraciones exclusivas para CiberCuba la profesora auxiliar del centro universitario cubano ha contado los detalles de un proceso que considera “plagado de omisiones para avalar su decisión”.
“Hace como cinco meses empecé a notar que estaban acosándome” contó Ruiz Urquiola, quien también asegura que su trayectoria laboral ha sido “intachable”, prueba de ello es que la única ocasión en que la FEU entregó la distinción La tiza de oro, le fue entregada a ella y a otra profesora, lo cual coincide y está respaldado con el criterio positivo y generalizado que tienen los estudiantes sobre ella.
Una de las primeras acciones que intentaron llevar a cabo contra ella en el referido centro universitario fue “violentar el reglamento académico mandando a alguien para que controlara lo que hablaba en las clases”.
Considera que la cruzada comenzó hace casi tres años, cuando su hermano Ariel Ruiz Urquiola hizo una huelga de hambre precisamente para conseguir los medicamentos que necesitaba ella para combatir el cáncer de mama.
“Nosotros sin ser militantes políticos, opositores políticos manifiestos, sí hemos practicado el disenso, hemos denunciado lo mal hecho incluso sin denunciarlo, con el mero hecho de trabajar” asegura cuando se le pregunta sobre el ensañamiento con ella y su hermano, también expulsado del Centro de Investigaciones Marinas (CIM) de la propia casa de altos estudios.
Omara también denuncia la corrupción que rodea a las personas que están detrás de su despido: Sergio Peña, Director del ISDi, y su esposa Milvia Pérez Pérez, Decana Facultad de Diseño Indistrial.
“Tienen un prontuario de tachaduras morales, ambos; no son respetados, se reparten los premios entre ellos mismos” dice Omara, que también afirma que tienen una serie de negocios ilícitos con empresas militares como Gaviota y TRD.
“Para mantener esa posición por supuesto que yo soy una persona molesta" añade, "nunca he tenido una relación con ellos más allá de lo profesional” comenta a la par que añade que “como no pudieron fabricarme una causa de origen ideológico, han fabricado una administrativa”.
Omara afirma que la Seguridad del Estado los utilizó, a través del chantaje, como punta de lanza para sacarla de la institución docente a cambio de pasar por alto las ilegalidades que ellos cometen.
“Son vulnerables a la presión por su corrupción y por la falta de propiedad profesional que tienen. Están en esos puestos de dirección porque otra cosa no pueden hacer”, comenta.
Luego de ser expulsada del ISDi, Omara emprenderá acciones legales para reclamar por lo que considera una injusticia y atropello y ya ha solicitado asesoría jurídica.
“No puedo tener la buena fe de que son personas que por su minusvalía intelectual actúan así, son personas que actúan desde la maldad para conmigo y con Cuba”, opina Ruiz Urquiola, quien se emociona al referirse a qué le va a decir a sus alumnos que le preguntan las razones de su expulsión.
“Esa es la parte más dura; es muy difícil, no les puedo explicar. A mis alumnos los he contenido muchas veces cuando han visto las injusticias pero en este caso qué les voy a decir” confiesa.
El futuro de Omara Ruiz Urquiola no puede predecirse, aunque tiene claro que exigirá que sean reparados sus derechos profesionales; además retomará proyectos atrasados, incluso, intentará publicar sus proyectos de investigaciones, los cuales han sido objeto también de una “censura solapada” desde hace tres años.
“Que me expulsaran era cuestión de tiempo” asegura, consciente de que la batalla apenas comienza.
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