El drama del pan en Cuba es viejo, tanto como la necesidad misma de disponer de los alimentos básicos con un mínimo de calidad. En este reporte sacan a la luz la mala calidad del pan en Manzanillo pero el problema ocurre en otros muchos territorios de la Isla.
Pan crudo, pan que se ve bien en apariencias pero que luego se desbarata, pan falto de grasa...es como una condena que se repite en diversos lugares a lo largo y ancho de la Isla en las últimas décadas.
El administrador entrevistado asegura que ahora el problema es que la materia prima es nacional y que tiene menor calidad que la importada. Entiéndase, harina nacional que no tiene el mismo gluten ni la misma masa que la importada, aunque destaca que la levadura utilizada y el núcleo sí están dentro de los parámetros.
“Falta de grasa hay que echarle más grasa, aunque la harina sea mala”, insiste una anciana, mientras otro entrevistado achaca la baja calidad a que “al pan le mandaron a bajarle el núcleo”, algo que niega el administrador.
Uno de los panaderos, por su parte, se queja de que cuentan con un solo horno, el otro que tenían, como sucede tan a menudo en Cuba, se rompió y no se repuso.
Precisa que hacen nueve variedades diferentes de pan, 14.138 panes diarios, y sencillamente el horno no alcanza, está sobreexplotado, lo que seguramente influye en que no reciban el tiempo de cocción adecuado.
Como si fuera poco lo indicado, hay además falta de higiene y de pintura en las panaderías, ni se arreglan ni se pintan.
Un cubana optimista asegura que poniendo más corazón y teniendo más control, se puede.
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