Hoy en día nadie habla de ella, pero en su momento fue catalogada como un logro del Ministerio de la Contrucción, Recursos Hidráulicos, el INDER y hasta los CDR. La niña de los ojos de los residentes en Alamar. El escape paradisíaco.
La gran piscina de Alamar, es hoy la piscina vacía más grande que hay en Latinoamérica. Y a pesar de estar a apenas unos metros del mar, no tiene agua. Algunos la utilizan para filmar videoclips, pero en lo que sí se ha convertido ese inmenso espacio es en una gigantesca pista para skaters.
Los mayores recuerdan con nostalgia cuando el lugar servía para escapar de los calores del verano. La entrada costaba tres pesos en moneda nacional y La Habana entera iba allí a bañarse.
Inaugurada por Fidel Castro, en sus predios contaba con cafetería, restaurante, una plazoleta para desarrollar las actividades culturales, y una discoteca nocturna. En su momento fue un lugar "trending" como la disco del Comodoro, el Estadio Panamericano, el Complejo de Piscinas Baraguá, la Villa Olímpica, El Castillito, el Hola-Ola del Malecón. Ya no.
Casi 5.000 metros cuadrados de cemento recuerdan a algunos lo que un día fuera una gran idea, y hoy es un inmenso espacio para cualquier otra cosa, menos para lo que fue concebido. Con el piso agrietado, con el moho invadiendo sus paredes, la gran piscina de Alamar es la pura imagen de la decadencia en Cuba. El resumen de lo incompleto. de lo que se pudo ser y no fue.
Corrió igual suerte que el resto de las piscinas del país. De vez en cuando, la prensa oficial en la isla se acuerda de ella.
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