Cuba sufre una intensa sequía que afecta ya 71% del territorio. Con las reservas hídricas al mínimo, el país se enfrenta a los que tradicionalmente son los meses más secos del año: marzo y abril.
En esta situación, y con el fin de ayudar a paliar los nefastos efectos que para la población y la economía acarrea la falta de agua, el estado cubano está construyendo la primera planta desalinizadora del país, una instalación que permitirá convertir en apta para el consumo humano, agrícola e industrial el agua del mar.
Responsables del proyecto declararon que la construcción de la planta se ha completado ya en un 89% y está previsto que pueda estar en funcionamiento a finales de año.
Por otro lado, en colaboración con el gobierno ruso, el gobierno de La Habana tiene previsto iniciar un proyecto que contempla la instalación de módulos portátiles con el fin de desalinizar el agua de mar y convertirla en agua potable.
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