La medida del Gobierno de Cuba de imponer precios fijos para los viajes en almendrones (taxis colectivos) ha desatado la polémica en las calles de La Habana.
La decisión no contenta ni a boteros, ni a ciudadanos que presagian más dificultades para un transporte urbano cada vez más complejo.
Las nuevas regulaciones publicadas por el periódico oficialista 'Juventud Rebelde' implican que el Estado vuelve a topar las tarifas, en esta ocasión por tramos. Esto implica que los chóferes de almendrones ven cómo sus ingresos bajan, mientras que el coste de la licencia, el petróleo y el derecho a hacer piquera sigue sin sufrir cambios.
Muchos ciudadanos temen que el desequilibrio de esta balanza ponga fin a la oferta y sature más aún las paradas de ómnibus.
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