Muchos campesinos cubanos, como la señora del vídeo, han fabricado un biodigestor para cocinar y alumbrar sus casas con gas obtenido a través del excremento animal.
Se trata de un artificio muy viejo, que incluso en países como China, a pesar de su gran desarrollo, se emplea con mucha frecuencia.
Desde hace algunos años, en Cuba se estudia implementar alrededor de 400 de ellos en los territorios de Villa Clara, Pinar del Río y de Santiago de Cuba.
Los biodigestores reducen la carga contaminante a la atmósfera y una vez que se les extrae el gas a los excrementos, los desechos, ricos en nitrógeno, potasio y fósforo, son empleados como fertilizantes en la agricultura.
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