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Un auto que se desvió de la calle y terminó bajo el portal de la tienda Praga, en Jagüey Grande, fue el desencadenante de una escena que rápidamente se volvió viral este lunes entre usuarios cubanos de redes sociales.
Sin embargo, lo que más llamó la atención de los internautas no fue el accidente en sí —leve, sin lesionados ni daños estructurales— sino un detalle que muchos no dejaron pasar: ¡Había luz en la calle!
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En medio de la grave crisis energética que atraviesa el país, con apagones prolongados que afectan tanto al Consejo Norte como al Consejo Sur del municipio, las imágenes del suceso mostraban las farolas encendidas y el interior de la tienda iluminado.
“¿Hay corriente en Praga?”, preguntó incrédulo un usuario. “Debe ser que pusieron el grupo electrógeno”, sugirió otro.
La sorpresa por la presencia de electricidad superó el interés por el hecho puntual del accidente. “El carro en el portal no es la noticia, ¡miren para las lámparas y se aterrarán de la novedad!”, ironizó un comentarista.
Otros, entre incrédulos y sarcásticos, aseguraron que el conductor probablemente se encandiló por no estar acostumbrado a la luz, acostumbrados como están muchos cubanos a la oscuridad cotidiana.
El contraste entre una escena nocturna iluminada y la rutina de los apagones generó más revuelo que el vehículo fuera de control. El inesperado escenario fue más comentado que el del otro accidente ocurrido en el municipio este domingo, que involucró a una moto y un auto de colección (un Buick Special de 1958).
La aparente exclusividad de la tienda Praga en el acceso a electricidad despertó quejas y suspicacias: “¿Cómo es posible que en mi zona no haya corriente y en Praga sí?”, expresó una vecina.
Lejos de convertirse en noticia por el accidente, este suceso puso en evidencia una realidad aún más impactante para muchos cubanos: que en la Cuba de hoy, ver una calle iluminada puede resultar más sorprendente que ver un auto perder el control y subirse sobre la acera.
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