Una familia cubana en Estados Unidos mostró en redes cómo se puede ganar un dinero extra, además del salario.
Mabele Amelia Padilla Martínez va con su esposo, cuando este sale del trabajo, y con su niño a entregar comida a domicilio. Para ello cuentan con la licencia, su auto y se han bajado la aplicación de DoorDash, que reparte comida en Miami.
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"Ahora mismo están pagando 2.50 por cada orden, más un dólar, serían 3.50; aparte de lo que valga la orden", detalló el esposo.
La pareja fue a un restaurante, recogió el pedido y lo llevó al cliente. Al dejarlo en la puerta de la casa, él le sacó una foto para confirmar que se había entregado. Con esa orden ganaron 10.50 dólares.
El siguiente pedido les salió más rentable, porque el destino estaba más cerca y gastaron menos combustible.
"Esto es así, como los mensajeros de toda la vida, recoge aquí y suelta allí, lo que te pagan por órdenes. Haces un dinerito extra, obviamente tienes que pagar gasolina, como al año tienes que pagar los taxes, pero para hacer un dinerito extra me parece que está superbueno", subrayó.
Al final de la tarde, en una hora y media hicieron seis órdenes y ganaron 52.50 dólares.
A comienzos de mes, Mabele Amelia compartió con sus seguidores en Facebook el momento en que abrió un paquete que le envió su familia desde Cuba.
Lo común es que quienes emigran sean los que manden cosas a sus parientes en la Isla, pero en este caso fue al revés.
La joven recibió botellas de bebidas, cigarros H. Upmann, tabacos, medicamentos y herramientas de trabajo para su padrastro, que es artesano, entre otras cosas.
"Saber que esto es comprado con el sacrificio y el esfuerzo de las personas, que a lo mejor este mismo dinerito se lo hubieran podido gastar en comida y en las 10 mil necesidades que todos sabemos que hay en Cuba; deciden coger una parte de su dinero para comprarnos este presente, es demasiado emocionante", afirmó entonces.
Mabele Amelia llegó en marzo pasado a Estados Unidos. A inicios de abril, anunció que ella y su esposo lograron tener su primer carro, a menos de un mes de arribar al país.
En junio, protagonizó un solidario y emotivo gesto al repartir panes a personas en la calle.
Según contó entonces, a su trabajo llegó un pedido erróneo de panes que iban a tirar a la basura pese a estar en buenas condiciones, por lo que decidió quedárselos para regalarlos en la calle.
"Me voy a quedar algunos paquetes para mí y para mi mamá y el resto se lo vamos a regalar a personas que lo necesiten", comentó.
"Siendo cubana no podía permitir que estos panes tan frescos terminaran en la basura. Dios me permita hacer esto mismo un día pero en mi Cuba. La sensación de compartir es única", aseguró.
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