Una cubana que llegó en marzo pasado a Estados Unidos compartió con sus seguidores en Facebook el momento en que abre un paquete que le envió su familia desde Cuba.
Lo común es que quienes emigran sean los que manden cosas a sus parientes en la Isla, pero en este caso fue al revés.
Mabele Amelia Padilla Martínez comentó que su familia en Cuba tiene necesidades, pero sobre todo tiene prioridades, y "cuando las prioridades están presentes y hay personas que te quieren, te van a tener presente".
La joven abrió el paquete, en el que había una botella de ron Havana Club, una de La Guantanamera y otra de Whisky Chanceler.
"Saber que esto es comprado con el sacrificio y el esfuerzo de las personas que a lo mejor este mismo dinerito se lo hubieran podido gastar en comida y en las 10 mil necesidades que todos sabemos que hay en Cuba, deciden coger una parte de su dinero para comprarnos este presente; es demasiado emocionante", afirmó.
En el envío también había medicamentos como antibióticos, antinflamatorios y para la presión. Según explicó, en Estados Unidos es muy difícil encontrar medicinas: "Todo es por receta, el que no tenga seguro médico, es supercomplicado".
La feliz destinataria recibió además cigarros H. Upmann, tabacos, fotos de sus 15, herramientas de trabajo para su padrastro, que es artesano, así como pulsos de religión y hasta cascarilla para hacerse una limpieza.
A inicios de abril, Mabele Amelia difundió el momento en el que ella y su esposo lograron tener su primer carro, a menos de un mes de llegar a Estados Unidos.
En junio, protagonizó un solidario y emotivo gesto al repartir panes a personas en la calle.
Según contó entonces a su trabajo llegó un pedido erróneo de panes. La carga iba tirarse a la basura pese a estar en buenas condiciones, por lo que la cubana decidió quedárselos para regalarlos en la calle.
"No están vencidas, están frescas. Yo me voy a quedar algunos paquetes para mí y para mi mamá y el resto se lo vamos a regalar a personas que lo necesiten", comentó.
"Siendo cubana no podía permitir que estos panes tan frescos terminaran en la basura. Dios me permita hacer esto mismo un día pero en mi Cuba. La sensación de compartir es única", aseguró.
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