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Es casi absurdo, rayando en lo ridículo, que Cuba esté celebrando con bombos y platillos el Tercer Salón Internacional de Energías Renovables mientras el país está sumido en la más profunda crisis energética que ha vivido en años. El contraste no podría ser más grotesco: mientras los altos funcionarios y representantes internacionales disfrutan del aire acondicionado en Pabexpo, la mayoría de los cubanos están lidiando con apagones que duran hasta 12 horas diarias.
Por un lado, el gobierno asegura estar comprometido con el desarrollo de las energías renovables como solución al problema energético. Pero, ¿a quién pretenden engañar? El Sistema Electroenergético Nacional (SEN) está en ruinas. Las termoeléctricas se caen a pedazos, los planes de mantenimiento fallan constantemente, y la falta de combustible diésel tiene fuera de servicio decenas de centrales de generación distribuida.
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Si no tienen dinero para mantener operativas las infraestructuras actuales, ¿cómo van a financiar una transición a energías renovables a gran escala? La respuesta es evidente: no pueden. Y lo peor es que lo saben. El show del Salón Internacional es pura fachada, una forma de aparentar ante la comunidad internacional mientras el país sigue hundiéndose en la oscuridad.
La retórica oficial sobre el futuro energético sostenible es un intento desesperado por engañar, una vez mas, al pueblo cubano y por atraer inversionistas extranjeros, porque ni ellos mismos creen que puedan ejecutar esos proyectos. Mientras tanto, el cubano de a pie tiene que sobrevivir entre la penumbra y el calor sofocante, esperando que, con suerte, ese día solo le toque un apagón de 4 horas y no de 12 horas. El salón de energías renovables es un chiste macabro en un país donde el pueblo sigue pagando las consecuencias de décadas de incompetencia.
Al menos en 2025 lograremos un minuto de generación sin combustible importado!!!!!
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