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A pesar del descontento generalizado en Cuba, el grupo hotelero Gaviota continúa expandiendo su infraestructura turística y en los próximos meses inaugurará seis nuevos hoteles de lujo en la isla.
En una conferencia de prensa en Toronto, Canadá, Gaviota Group presentó sus planes de renovación y apertura de nuevas instalaciones en destinos como La Habana, Varadero, Cayo Santa María y Holguín.
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Entre los próximos proyectos, se destaca la apertura del Hotel Metropolis (219 habitaciones), gestionado por Kempinski en La Habana, y nuevas secciones en hoteles como Muthu Havana (515 habitaciones).
Asimismo se espera la apertura el próximo año del Hotel Corona (147 habitaciones) de La Habana, administrado por la cadena hotelera turca ATG.
El Iberostar, con 594 habitaciones, abrirá sus puertas en el edificio más alto de La Habana el 20 de noviembre, cuatro días después del 505 aniversario de la ciudad, dijo la entidad. Por su parte, en Aduana del Puerto, a principios del próximo año, se inaugurará un nuevo hotel llamado Real Aduana.
En Holguín, se espera que un hotel aún sin nombre en Ramón de Antillas abra sus puertas a finales del próximo año.
Esta expansión hotelera de Gaviota, el grupo más grande del país en el ramo, ocurre cuando la afluencia de turistas no es como lo esperaba el régimen y en medio de una profunda crisis económica y energética.
En definitiva, la acelerada construcción de hoteles contrasta fuertemente con la realidad que enfrentan los cubanos, quienes sufren apagones de hasta 12 horas diarias, escasez o deterioro de sus viviendas, y escasez de productos básicos.
Según el economista Pedro Monreal, esta situación es resultado de una decisión política que prioriza el desarrollo inmobiliario para el turismo en detrimento de los servicios básicos como electricidad, agua y gas.
Monreal ha señalado que las inversiones en el sector empresarial y turístico han crecido significativamente, mientras que las destinadas a servicios esenciales han disminuido drásticamente.
La crisis energética se ha vuelto insostenible, con frecuentes apagones que afectan gravemente la vida cotidiana. A pesar de ello, el gobierno sigue culpando al embargo estadounidense por la crisis y no reconoce la falta de inversión en el sector energético.
En lugar de atender las necesidades básicas de la población, el régimen continúa enfocando sus recursos en la construcción de hoteles, muchos de los cuales operan con una ocupación muy por debajo de su capacidad.
La situación ha generado críticas tanto dentro como fuera de la isla, donde se cuestiona la lógica de seguir construyendo infraestructura turística cuando la demanda no justifica tales inversiones.
Monreal ha sugerido que sería prudente hacer una "pausa" en la inversión hotelera y redirigir esos recursos hacia otras prioridades, como la mejora de la infraestructura energética y la producción agrícola.
En 2023, Cuba no logró alcanzar la meta de tres millones de turistas extranjeros, quedando muy por debajo de las expectativas a pesar de las nuevas aperturas hoteleras.
Asimismo la isla recibió un total de 1,680,485 viajeros durante el primer semestre del presente año, según cifras oficiales.
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