La reciente designación de la cubana nacionalizada venezolana, Leticia Cecilia Gómez Hernández, como ministra de Turismo del ejecutivo de Nicolás Maduro ha desatado una nueva polémica en torno a la penetración del régimen castrista en el entramado de poder bolivariano.
En la complicada armazón de la relación entre Cuba y Venezuela, el nombre de Gómez Hernández destaca por su influencia y poder en la industria turística. Acorde a la periodista de investigación venezolana, Ibéyise Pacheco, la recién nombrada ministra de turismo llegó a Venezuela en 2001 de la mano del actual primer ministro cubano, Manuel Marrero Cruz, y rápidamente comenzó a escalar posiciones dentro del sector turístico.
Marrero Cruz, quien comenzó su carrera hacia el poder como inversionista en el Grupo Gaviota hasta ocupar la presidencia de esta empresa turística propiedad del Grupo de Administración Empresarial S.A (GAESA) controlada por los militares del régimen cubano, fue nombrado por el dictador Fidel Castro ministro de Turismo en 2004, hasta 2019, cuando pasó a ocupar el cargo actual.
Desde su influyente posición como presidente de Gaviota y “hombre de confianza” del clan de los Castro, integrado por la cúpula de militares y dirigentes comunistas, Marrero Cruz introdujo a Gómez Hernández en el sector turístico venezolano, ya en poder del régimen de Hugo Chávez.
Una trayectoria ascendente: De Cuba a Venezuela
Desde sus primeros días en Margarita, Gómez Hernández se ganó la reputación de ser una ejecutora eficaz y con un estilo de liderazgo fuerte, ganándose el apodo de "la Jefa" entre los trabajadores del Hotel Venetur, un complejo expropiado a la cadena Hilton por Chávez.
Este fue uno de sus primeros cargos de relevancia de la cubana en el país andino. En 2015, Gómez Hernández asumió la gerencia de este hotel, y tres años después, su influencia ya era tal que fue nombrada presidenta de la empresa estatal Venezolana de Turismo (Venetur).
Su rol no solo se limitó a la administración hotelera; Gómez Hernández jugó un papel crucial en las decisiones turísticas estratégicas del estado Nueva Esparta, que abarca las islas de Margarita, Coche y Cubagua. En 2021, fue promovida a viceministra de Turismo Internacional, consolidando su poder en la esfera gubernamental venezolana.
Acorde al portal venezolano de periodismo de investigación Armando.info, en el Ministerio de Turismo dicen que la cubana sirve como “los ojos” dentro del despacho para Diosdado Cabello, y la esposa de este, Marleny Contreras, extitular de la cartera.
Cabello ha sido señalado como uno de los capos del "Cartel de los Soles", dedicado al tráfico de drogas, una de las actividades lucrativas favoritas del régimen cubano. Un artículo de 2019 de Anonimus-Venezuela hizo referencia a los vínculos de Cabello con Gómez Hernández, así como la petición de investigar las vinculaciones financieras entre ambos.
El papel clave de Gómez Hernández en la relación Cuba-Venezuela
La influencia de Gómez Hernández no se limita a sus cargos oficiales. Su presencia en Venezuela representa un punto de conexión vital entre los intereses del régimen cubano y el chavismo.
Gómez ha liderado iniciativas para atraer turismo desde Cuba a Venezuela, promoviendo lo que se presenta como oportunidades de negocio para ambos países, pero que en la realidad aparentan ser esquemas de lavado de dinero y evasión de sanciones internacionales, que emplean a ciudadanos cubanos que ejercen de “mulas” en un supuesto “turismo de compras” fuertemente controlado y vigilado por la Seguridad del Estado en Margarita.
Las operaciones dirigidas por Gómez están alineadas con los intereses del conglomerado GAESA, la poderosa entidad militar cubana que monopoliza el turismo en la isla y cuyos tentáculos se extienden a través de sus acuerdos y operaciones en Venezuela.
Este monopolio no solo sirve para captar divisas necesarias para el régimen cubano, sino que también asegura el control sobre los ciudadanos cubanos en el exterior, limitando sus posibilidades de desertar o actuar fuera de la vigilancia estatal.
El control de “La Jefa” y la penetración cubana
La llegada de Gómez Hernández a puestos de poder en Venezuela coincidió con la creciente presencia de otros cubanos en posiciones estratégicas dentro del país. Un ejemplo claro es el de la empresa 1014 GTN Inversiones C.A., fundada por venezolanos, pero que rápidamente pasó a estar controlada por cubanos con conexiones directas al régimen de La Habana.
La economista Teresa Segura Cisneros y el periodista oficialista Félix Enrique López Rodríguez son dos de estos cubanos, quienes junto a Gómez Hernández, manejan el flujo de turistas cubanos a Margarita bajo estricta supervisión.
Las operaciones de 1014 GTN Inversiones reflejan un patrón de negocios turbios, donde el control y la vigilancia son la norma. Estos turistas, guiados y monitoreados en todo momento, apenas logran llenar sus maletas con productos básicos, mientras que el verdadero propósito de estas operaciones parece ser la generación de divisas para el régimen cubano y el fortalecimiento de los lazos comerciales entre los sectores más alineados con los intereses de GAESA y el chavismo.
La conexión GAESA y el intercambio de favores
El dominio de GAESA en el sector turístico cubano es indiscutible, y su influencia en Venezuela, a través de figuras como Gómez Hernández, refuerza esta hegemonía. La gestión de estos flujos turísticos sirve a los intereses de ambos regímenes, consolidando un sistema de control que opera tanto en Cuba como en Venezuela.
La creación de rutas turísticas oficiales entre Cuba y Margarita -promovida por Gómez Hernández según el medio independiente CubaNet-, no es más que un ejemplo de cómo estas dos naciones, bajo la égida de sus respectivos regímenes, han creado un esquema de colaboración que va más allá de simples acuerdos comerciales.
Es un sistema de vigilancia y control que garantiza que tanto los turistas como los involucrados en estos negocios estén bajo el constante escrutinio de los aparatos de seguridad del Estado cubano, que ahora operan también en territorio venezolano.
Una Jefa en dos mundos
Cubana de nacimiento, Gómez Hernández ha ascendido en la estructura del gobierno venezolano hasta convertirse en una figura clave, no solo en el sector turístico, sino también como un eslabón más en la penetración del régimen cubano en Venezuela.
Gómez Hernández es mucho más que una ministra de Turismo. Su historia y trayectoria reflejan la profunda imbricación del régimen cubano en Venezuela, utilizando el turismo como una herramienta de control y captación de divisas.
Su ascenso al poder es un testimonio del éxito de estas estrategias, que continúan fortaleciendo los lazos entre La Habana y Caracas, siempre bajo la sombra del omnipresente GAESA.
En un entorno donde pocos se atreven a hablar, "la Jefa" sigue dictando las reglas, asegurando que los intereses del régimen cubano en Venezuela sigan siendo protegidos y expandidos.
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