Sin resultados palpables, junto con la agudización de la crisis económica en la isla, el gobierno cubano anunció que cambiará el “sistema de trabajo” para el segundo semestre del año, admitiendo que las acciones realizadas hasta la fecha no han traído resultados.
“El sistema de trabajo tiene que cambiar, no puede ser el mismo que teníamos en el primer semestre”, dijo en una reunión del Consejo de Ministros Manuel Marrero Cruz, primer ministro de la isla.
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El funcionario cubano afirmó que el supuesto giro tiene que ver con lo que expresaron en la reciente sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular y con las proyecciones de gobierno que se van a empezar a implementar pronto, por lo que “se requiere una revisión de la manera en que estamos haciendo las cosas hasta ahora”, reporta el oficialista periódico Granma.
Marrero Cruz se refirió a 57 proyecciones planteadas desde el gobierno, las cuales se van a estar aprobando e implementando mayoritariamente durante el segundo semestre del año.
Entre ellas citó medidas encaminadas a los sectores comunicacional y económico, terrenos en los que el régimen tiene una debilidad demostrada.
Para ello, los dirigentes se plantean "librar una batalla contra la burocracia y la lentitud en la respuesta a muchos temas", según palabras de Marrero Cruz. En tanto, buscan realizar una ofensiva a la producción nacional, así como la implementación de medidas asociadas al déficit presupuestario.
Según el primer ministro, han comenzado a ver resultados. “Ya hoy los mayores impactos que hemos tenido en la implementación de las proyecciones de Gobierno están precisamente en la reducción del déficit fiscal”, aseguró.
Planteamientos que se asumen titánicos cuando se conoce que el comportamiento de los indicadores económicos del régimen son negativos.
Asimismo, agregó que combatirán la evasión fiscal, “otro de los asuntos que está teniendo resultados ya”, dijo, y trabajarán sobre el ordenamiento del sistema empresarial, “un tema que nos tendrá bien ocupados en el segundo semestre, porque hay que transformar estructural, organizacional y funcionalmente nuestro sistema empresarial”, añadió.
También se refirió a los altos precios que existen en Cuba, como una batalla de la cual “no podemos descansar, no puede ser una campaña, es trabajo diario, y hay que convocar a todas las fuerzas posibles”.
Sobre la bancarización dijo que se le dará un mayor impulso, con énfasis en que mercados agropecuarios y establecimientos de venta de alimentos, estatales y no estatales, permitan los pagos con tarjetas bancarias.
Otro punto de su intervención fueron los arrendamientos del Estado. “Hay que ver qué tenemos en ellos, qué servicios prestamos, a qué precios, no podemos permitir que en una instalación del Gobierno se maltrate al pueblo y haya precios abusivos”, sentenció.
Pero las promesas de Marrero Cruz no quedaron en esos puntos. El primer ministro también agregó que trabajarán con los niños, los adolescentes, los jóvenes y las comunidades, “un escenario principal que hay que seguir fortaleciendo”, mencionó Cubadebate.
La mitad de 2024 los alcanzó sin uno ni otro cumplimiento. Más bien, alejados de alguno de esos compromisos.
Aún a sabiendas de que el estado de opinión de los cubanos sobre la situación del país, la escasez de alimentos y la canasta básica, es "crítico y negativo", Díaz-Canel no pierde oportunidad de pedirle a los cubanos confianza en que llegarán tiempos mejores, algo que mucha gente duda.
En tanto, continúa apelando a que los problemas "no son insuperables", sin siquiera presentar soluciones concretas para enfrentar la crisis que afecta al país.
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