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El régimen cubano sustituyó este viernes a Gladys Bejerano Portela como contralora general de la República, tras 14 años en el cargo.
Según el gobernante Miguel Díaz-Canel, el cambio forma parte del proceso de renovación de cuadros.
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Díaz-Canel reconoció el trabajo de Bejerano, de 77 años, y su papel como fundadora de la Contraloría.
"Su comportamiento ético y revolucionario es un ejemplo de militante comunista para todos", dijo.
Seguidamente propuso para el cargo a Mirian Marbán González, quien se desempeñaba como primera vicecontralora general desde 2018.
El anuncio se hizo durante la sesión de la Asamblea Nacional, donde los diputados eligieron a la sustituta de Bejerano. El portal oficialista Cubadebate relató que tras la "propuesta" de Díaz-Canel, votaron y la aprobaron.
Marbán González, de 48 años, es licenciada en Historia y en Contabilidad y Finanzas y miembro del Comité Central del Partido desde 2016.
Bejerano, máxima auditora de ministerios y empresas en el país, ha sido destituida en medio de la cacareada campaña del régimen contra la corrupción.
Llama la atención que su cese ocurre dos meses después de que se pronunciara públicamente sobre la detención del exministro de Economía, Alejandro Gil, quien fue destituido en febrero y está investigado por cargos de corrupción.
Bejerano Portela, quien entre 2009 y 2019 ejerció como vicepresidenta del Consejo de Estado, calificó lo sucedido de "traición" y subrayó que no se cae en la corrupción "en paracaídas", sino que es un proceso de descomposición.
En entrevista con la agencia Efe, admitió que las etapas de escasez y crisis favorecen las ilegalidades, pero criticó a quienes se aprovechan de esos momentos incluso "cruelmente".
"Corrupción es descomposición es un proceso de pérdida de valores, de estima a sí mismo, de respeto a sí mismo y entonces eso lo va poniendo en ese camino", y añadió que algunos corruptos lo son "por autosuficiencia, por vanidad, por prepotencia".
En los últimos meses varios altos dirigentes han sido removidos de sus puestos.
En mayo, el Consejo de Estado cesó a Ricardo Cabrisas como ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, aunque lo mantuvo en su cargo de viceprimer ministro.
Otros cargos políticos destituidos incluyen gobernadores, vicegobernadores y primeros secretarios provinciales del Partido. La práctica común del régimen es no informar las causas de los "truenes".
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