Una alarmante infestación de chinches mantiene en vilo desde hace meses a pacientes y personal de salud del Hospital Psiquiátrico Gustavo Machín, “Jagüa”, de Santiago de Cuba.
“Desde hace cinco meses están tratando de eliminarla y no encuentran solución alguna para esta plaga”, denunciaron familiares de personas ingresadas en el centro médico, según un reporte del comunicador Yosmany Mayeta, quien publicó fotos que evidencian la gravedad del problema epidemiológico en el hospital.
“Muchas son las instalaciones hospitalarias y centros educativos del país que están sufriendo de esta epidemia y el régimen no designa plaguicidas para su total erradicación”, advirtió Mayeta en una publicación este martes en Facebook.
El reportero hizo un llamado a las autoridades y la Dirección Provincial de Salud de Santiago de Cuba a “solucionar esta problemática que aqueja a todas las personas que acuden por urgencias o son ingresados en los hospitales de la ciudad”.
Hace solo unos días se conoció de un grave brote de chinches en el hogar de ancianos de Manzanillo, en la provincia de Granma, donde residen 165 personas de avanzada edad.
La denuncia la hicieron familiares de los internos, que llevan meses sufriendo las consecuencias de esta infección. Pese a que se ha informado de la plaga a todas las instituciones del municipio y la provincia, incluidas Salud Pública, el Gobierno, el Partido y la Dirección de Higiene y Epidemiología, las autoridades no han tomado ninguna acción efectiva para resolver el problema.
Hace unos tres meses, en la provincia de Santiago de Cuba, una plaga de chinches mantuvo en alerta a residentes de un barrio de la ciudad cabecera, quienes denunciaron la falta de atención del gobierno para erradicar los insectos.
En el último año se han reportado brotes de chinches en escuelas y centros de salud en el oriente del país, especialmente en las dos provincias mencionadas y Holguín.
El chinche o chinche de las camas (Cimex lectularius), como se le conoce popularmente, es un insecto hemíptero de la familia Cimicidae, que se alimenta con sangre de humanos y otros animales de sangre caliente.
Estos pequeños insectos son de color café, aplanados y de difícil detección, pues se transportan con facilidad en objetos personales como ropa y equipaje. Cuando encuentran un lugar donde anidar, se reproducen de manera alarmantemente rápida, lo que facilita su diseminación. Acostumbran a habitar en colchones, sofás y otros muebles.
Por lo general pican en la noche, mientras duermen las personas. Según la literatura médica, los síntomas de sus picaduras varían de acuerdo con cada individuo, y pueden incluir irritación cutánea, enrojecimiento y una sensación de picazón intensa. También dan lugar a procesos alérgicos, como la exacerbación del asma, urticaria y otras reacciones inflamatorias significativas, casi siempre asociadas a ronchas rojas que producen escozor. Estas señales suelen aparecer el día posterior a la picada.
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