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Empresas de la provincia cubana de Cienfuegos presentaron el jueves en París una muestra de productos agrícolas frescos con la ambición de conquistar el mercado francés.
Entre las entidades que expusieron sus ofertas se encuentran Cítricos Arimao, Horquita y Eladio Machín, que deleitaron a empresarios galos y seguidores del régimen cubano con una degustación que incluyó mango, mamey, guayaba y otros productos exóticos, informó la agencia oficialista Prensa Latina.
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La directora de Ciencia y Desarrollo de la Delegación de Agricultura en Cienfuegos, Liliana Mederos, explicó que buscan contactos y negociaciones que permitan ampliar el acceso a este mercado, una propuesta que suena tan ambiciosa como desconectada de la realidad cubana actual, donde los productores se quejan de las dificultades para trabajar y de que se pierden las cosechas por falta de combustible o mala gestión estatal.
La directora de Comercio Exterior, Yanet González, destacó que la agenda en Francia busca también coordinar nuevos proyectos y financiamiento destinado a mejorar las capacidades tecnológicas de los productores cubanos.
En la sede de la embajada de Cuba en París, se resaltó el interés por productos como el mango y el mamey, frutas exóticas para el mercado europeo, pero esenciales y muy caras en el cubano.
La estrategia de exportación fue justificada en parte por el régimen cubano como una necesidad para obtener divisas en un contexto económico desafiante, un plan que, sin duda, beneficiaría a los consumidores franceses más que a los propios cubanos, que continúan luchando con una aguda crisis alimentaria.
Incrementar y diversificar las exportaciones puede ser una prioridad, pero resulta una paradoja cuando los ciudadanos cubanos no tienen acceso a los mismos productos que se envían al exterior, como ha pasado durante años con la producción pesquera, por citar un ejemplo.
Cuba exporta casi toda su producción pesquera, especialmente la de mariscos, mientras en la isla el consumo anual per cápita de pescado bajó en los últimos años "de 16 kg a unos 3.8 kg", una cifra muy distante de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud, que deben ser unos 12 kilos per cápita.
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