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En el pasado mes de mayo, Cuba se vio sacudida por un oleaje de protestas y denuncias ciudadanas, registrando un total de 716 manifestaciones, según reportes del Observatorio Cubano de Conflictos (OCC).
Este número representa un aumento del 11.6% respecto a las 633 registradas en abril, y de un 10.2% respecto a las registradas en marzo, un mes en el que se se produjeron masivas manifestaciones en distintos puntos del territorio nacional, conocidas como 17M.
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Los constantes apagones eléctricos, con cortes de hasta 20 horas, fueron el catalizador principal de estas protestas, que se materializaron en cacerolazos, pintadas, "plantes" y un aluvión de reclamos en redes sociales y medios de comunicación.
La categoría de Servicios Públicos dominó las protestas, acumulando 169 eventos, impulsados por la crisis energética. Los déficits diarios en la generación eléctrica alcanzaron hasta 1,500 megavatios, afectando gravemente la vida cotidiana de los cubanos. En contraste, las protestas por Actos Represivos sumaron 145, mientras que los Desafíos al Estado Policial llegaron a 132.
Aunque La Habana, con sus 233 protestas, fue el epicentro de las manifestaciones, el descontento se extendió por toda la isla.
Las temperaturas superiores a 35 grados Celsius y la falta de electricidad durante días completos llevaron a la población a salir a las calles en busca de respuestas.
En Santiago de Cuba, por ejemplo, se registraron 'congas de protesta' en cinco repartos diferentes, mientras que en Baracoa (Guantánamo) la gente exigía electricidad y comida en manifestaciones callejeras.
El descontento por los apagones también se manifestó en diversas formas de protesta en otras localidades.
En Las Tunas y La Lisa (La Habana) se escucharon cacerolazos durante los cortes de luz, y en Juraguá (Cienfuegos) y Camino de La Habana (Sancti Spíritus), la población también se movilizó.
Las redes sociales se convirtieron en un campo de batalla donde los ciudadanos expresaron su frustración y exigieron soluciones inmediatas.
Para contener la efervescencia popular, el régimen intensificó la represión. Se reportaron 145 actos represivos, que incluyeron intimidatorios despliegues de la policía y las fuerzas especiales conocidas como Boinas Negras del Ministerio del Interior (MININT).
Estas acciones buscaron disuadir a la población de continuar con las manifestaciones, aunque no lograron calmar el ánimo de los ciudadanos.
La crisis alimentaria y la inseguridad ciudadana
La categoría Alimentación, Inflación y Agricultura registró 94 protestas, reflejando la grave situación alimentaria del país.
Las entregas de la canasta básica se limitaron a unas pocas libras de arroz y legumbres, mientras que los precios de productos esenciales como el aceite, el pan y los huevos continuaron en ascenso.
Familias enteras se vieron obligadas a gastar más del 70% de sus ingresos en alimentos, lo que llevó a algunos a recurrir a prácticas extremas para subsistir, como buscar sobras en la basura o incluso cazar animales callejeros.
Aunque la categoría de Inseguridad Ciudadana se mantuvo estable con 82 protestas, el OCC registró 16 asesinatos y homicidios durante el mes, incluyendo feminicidios y actos de violencia motivados por robos o ajustes de cuentas.
Las denuncias de personas desaparecidas y los robos también fueron recurrentes, exacerbando el sentimiento de inseguridad en la población.
Salud pública, situación epidemiológica y otros conflictos sociales
Las protestas en el ámbito de la Salud Pública continuaron, con pacientes cada vez más dependientes de las redes sociales, la caridad pública y el mercado informal para obtener atención médica.
La situación en los hospitales es deplorable, con brotes recientes de enfermedades como la tuberculosis y la fiebre de Oropouche agravando la crisis sanitaria.
El OCC también registró 48 protestas relacionadas con otros conflictos sociales, incluyendo la soledad de madres cuyos hijos han emigrado, la desatención en hogares de ancianos y sentencias indulgentes para pederastas.
Las condiciones de vida de los cubanos más vulnerables siguen deteriorándose, con muchos recurriendo a trabajos precarios para sobrevivir.
Ante este panorama, el sacerdote católico de Esmeralda, Alberto Reyes Pías, expresó en un post del 24 de mayo que Cuba necesita un cambio de sistema.
Según Reyes Pías, no basta con resolver los problemas inmediatos de suministro eléctrico o alimentación; el país requiere una transformación profunda que permita a los ciudadanos recuperar la propiedad de sus vidas y la libertad para construir su futuro.
En resumen, el mes de mayo en Cuba estuvo marcado por una intensificación del descontento social, con un incremento significativo de las protestas y denuncias ciudadanas. La crisis energética y alimentaria, junto con la creciente inseguridad y la deplorable situación de los servicios públicos y de salud, han llevado a los cubanos a exigir cambios profundos en su país.
Nota: Este resumen presenta un panorama de la situación en Cuba durante el mes de mayo, basándose en los reportes del Observatorio Cubano de Conflictos (OCC). La información refleja la gravedad de las crisis enfrentadas por la población y la respuesta del régimen a las crecientes demandas ciudadanas.
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