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Cuando aquella jornada correspondiente a los Juegos Panamericanos de Río 2007, el joven cubano Yaniel Velázquez quedara segundo en la compleja competencia del pentatlón, la alegría colmó a todo el Verde Caimán.
No era sólo por la medalla de plata y su impresionante puntuación de 5 mil 344 unidades sino porque el habanero de apenas 20 años lograba su clasificación para Beijing 2008, donde concluyó en el décimo quinto puesto entre treinta y seis competidores. Su puntaje, inferior a Río 2007, fue de 5,292 puntos.
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¿Qué hace ahora este guapo muchacho?
Llegué a Estados Unidos el 7 de mayo del pasado año. Hace ya unos meses estoy viviendo en North Miami Beach; trabajo como salvavidas en Hollywood Beach.
¿Cómo saliste de Cuba?
De Cuba salí por la vía más rápida y fácil hasta ahora, comparado con las otras formas. Salí por la vía del parole humanitario.
Familia ¿tienes niños?
Aquí tengo parte de la familia que me ayudó en mis inicios en este país, que no son nada fáciles. Vine con mi papá que fue mi compañero de viaje; él no venía si yo no lo acompañaba. Todavía no tengo hijos y estoy soltero.
Condiciones que existían en Cuba para la práctica del pentatlón y las actuales.
Cuando yo empecé las condiciones eran pésimas, sobre todo en el área especial. Tuve la suerte de que en poco tiempo, todo empezara a mejorar. Lográbamos entrenar los 5 deportes; tuvimos un comisionado, Eliécer Mora, que movió las fichas en favor de nosotros y buscó los mejores preparadores posibles y las condiciones más favorables.
Pero la felicidad en casa del pobre dura poco. Empezaron a suceder cambios en el sistema, sobre todo en la equitación. No pudimos montar más (los caballos eran “propiedad privada de alguien de arriba”), tuvimos largas temporadas con problemas con la piscina; la alimentación era nefasta, no teníamos dianas ni peles para hacer tiro.
Lo que habíamos adelantado en el mundo se empezó a comprometer y solo porque nos habían dejado de hacer caso como deporte, no importábamos.
Después de eso, el pentatlón tuvo que hacer sus propias amistades con federaciones de otros países para que nos dieran limosnas: nos invitaran a competencias con gastos pagados, nos regalaran implementos deportivos…porque apoyo monetario para el deporte, incluso teniendo una beca olímpica ¡nunca más lo vimos! Las invitaciones las arreglábamos nosotros mismos, dedicábamos horas de entrenamiento para lograrlas.
Actualmente tienen con escasos recursos igual pero mejor que algunos años atrás. Gracias al esfuerzo de ellos mismos que siguen arreglándoselas por su cuenta. También un golpe de suerte para el deporte ha sido que eliminaron la equitación y el deporte nuevo es de fácil inversión. Eso nos ayuda un poco para seguir adelante con las figuras que van quedando.
¿Cómo comienzas tu carrera como pentatlonista, siendo ese deporte una disciplina elitista, si tenemos en cuenta lo complejo de su práctica?
Comienzo a la edad de 15 años y fue por descarte porque ya no quería ser nadador. Entonces o iba para la calle o para el pentatlón que en esos momentos llevaba muy poco tiempo de iniciado en el país y las captaciones no eran difíciles.
Es decir, las pruebas para entrar para mí no eran difíciles porque venía de natación y en ese momento era un evento fundamental para iniciar. Y el detonante fue que me invitan a una competencia en la Marina Hemingway, donde estaban triatletas y pentatletas y ¿quién te dice que la gané? Mi debut en ese tipo de competencia, mi primera experiencia después de dejar la natación y… ¡la gané!
Eso me sirvió para meterme en el ojo del huracán y ser bien visto para los entrenadores que enseguida me captaron de invitado para el equipo nacional.
¿Cuál de los cinco eventos te gusta más?
De inicio mi evento preferido era la natación, pero a medida que aprendía otros, les iba cogiendo el gusto y me gustaba más el recién aprendido ¿te digo algo? Para mí el peor llegó a ser la natación. Logré tener 4 de mis deportes en el top 10 del mundo menos en la natación ¡increíble pero cierto! Ahora, si tengo que escoger uno, prefiero la esgrima.
¿Entrenadores?
El primer entrenador que tuve fue Mario Mesa que cuando aquello atendía la natación; estaba José Ignacio en tiro, Ángel Clemente Pairet, profesor de profesores de esgrima. Arturo Abelenda, magnífico también en equitación, Wilfredo Moreno Matos en la carrera, extraordinario técnico que consiguió los mejores tiempos entre sus alumnos, no sólo en mí...
Asististe a la cita continental de Río y a los Olímpicos de Beijing, anécdotas.
Río lo disfruté al máximo, realicé una buena competencia, fui muy feliz pero los Juegos Olímpicos son para un deportista lo más grande. Vives experiencias únicas, conoces a muchas figuras de la élite mundial. En la Villa conoces culturas diversas, arte culinario de muchas partes del mundo; costumbres, idiomas que no sabías que existían.
Conocí a Ronaldinho, Rafa Nadal, Michael Phelps; ví a Messi de lejos, a la selección de básquet de USA y sobre todo, al tres veces campeón olímpico de mi deporte el ruso Andrés Moisev, entre otros. Es algo impresionante. Organización perfecta de la competencia, la ciudad muy bonita.
En cuanto a la parte deportiva quedé en el lugar 15 e iba con un pronóstico entre el 20 al 23. Desafortunadamente tuve un error en la arrancada en la natación que me costó ser el último en ese evento, cuando marchaba séptimo en general hasta ese momento. Logré recuperar puestos gracias a la gran preparación que tuve en la equitación y la carrera.
¿Pentatleta que más admiras en el mundo?
El atleta que más admiro internacionalmente es Andrés Moisev, tricampeón olímpico que supo adaptarse a todos los cambios del pentatlón; eso digno de admirar. Y en Cuba, mi ídolo es Frank Abel Vicente del cual me nutrí para llegar a ser quien fui.
¿Qué condiciones requiere la práctica del pentatlón?
Un pentatleta debe ser un ser humano especial, diría que único porque si es difícil hacer un deporte imagínate cinco y ningún deporte se parece a otro. Es difícil determinar prototipo de un pentatleta, ya sea físico o mental porque cada deporte requiere de concentraciones deferentes.
A veces eres bueno para disciplinas que debes estar calmado como el tiro, en otras ocasiones tienes que estar activo como la carrera; en otras, super rápido como en la esgrima. Es una mezcla, se hace difícil poder encontrar un atleta de pentatlón.
¿Qué opinas del deporte actual, cómo lo ves rumbo a París?
Esta preparación a París ha tenido tropiezos por lesiones graves, falta de motivación, problemas internos y externos que todos saben. Las figuras jóvenes se están agarrando de un clavo caliente para buscar motivaciones y salir adelante. Pero igual hay que esperar resultados porque a veces nosotros los cubanos nos acordamos que somos cubanos y sacamos de donde no hay.
Y a los deportistas que quedan en la Isla de mis amores les deseo que logren sus mejores resultados aunque es muy cierto que en Cuba no se puede vivir del deporte, o sea, profesionalmente. Ojalá que algún día la suerte de Cuba cambie para bien y todos podamos cumplir nuestros sueños en donde nacimos.
¿Qué le deseas al deportista cubano que compite por otra bandera?
Les deseo el más grande de los éxitos y los acompaño siempre porque sé lo que es no poder triunfar en tu país, aún haciendo todo el esfuerzo para lograrlo.
Sé lo que es que te arrebaten tu sueño sabiendo que para eso naciste. Y lamentablemente, eso provoca que en muchas ocasiones tengas que salir de la Isla para continuar con tus sueños.
Hasta que en Cuba los que aplican esas malas acciones no cambien su manera de ser y de actuar, jamás seremos un pueblo libre y feliz y deportivamente hablando, cada vez será más difícil que un atleta triunfe y mucho menos en deportes colectivos.
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