Este domingo concluye el llamado horario normal, vigente desde el pasado 5 de noviembre, y empezará a regir el horario de verano en Cuba y en Estados Unidos.
En el caso de isla, a las 12 de la noche del sábado se deberán adelantar una hora los relojes, lo que supondrá que esa noche los cubanos descansarán una hora menos.
“El objetivo de esta medida es aprovechar mejor la luz natural y reducir el consumo de electricidad, especialmente en la iluminación y la cocción de alimentos”, refiere una nota publicada en el medio oficialista Cubadebate.
Al aumentar el aprovechamiento de la luz natural durante la tarde-noche, la demanda en las horas pico disminuye y, con ello, el consumo de electricidad, una prioridad que cada año se vuelve más apremiante para el gobierno cubano ante la escasez de combustible.
Precisamente, la decisión llega en un momento de tensión para la sociedad cubana debido al incremento de los apagones, que el pasado viernes llegaron a prolongarse hasta por 24 horas, debido a que la red de centrales termoeléctricas, de generación distribuida y patanas están afectadas por averías o por falta de combustible.
No obstante, en las últimas semanas, en casi todo el país se están registrando apagones de más de 12 horas, incluida la capital, la provincia menos perjudicada hasta el momento por los constantes y prolongados apagones que mantienen en permanente zozobra a la mayor parte de la población cubana.
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