Cuba adoptará el horario de verano desde el próximo domingo 10 de marzo, una práctica que busca un mayor aprovechamiento de la luz solar y el ahorro de energía eléctrica.
A las 12 de la noche del sábado 9, los cubanos deberán adelantar una hora sus relojes, lo que supondrá que esa noche dormirán una hora menos.
Con ello, llega a su fin el actual horario normal, o de invierno, que se inició el pasado 5 de noviembre.
El horario de verano permite un mejor aprovechamiento de la luz solar durante la tarde-noche, en un periodo del año en que amanece más temprano y oscurece más tarde y, por consiguiente, aumenta la cantidad de horas de sol. Al adelantarse el reloj una hora, se acomoda la luz natural a los horarios de mayor actividad de las personas.
Con el cambio al horario de verano “se obtendrá no solo una reducción del consumo de electricidad para la iluminación, sino, también, que al desplazarse en una hora el momento en que comenzamos a encender las luces, dejará de coincidir en gran medida la demanda de electricidad para la cocción de la comida con la de la iluminación”, destacó una nota de la emisora cubana Radio Reloj.
De este modo, la demanda en las horas pico disminuye y, con ello, el consumo de electricidad, una prioridad que cada año se vuelve más apremiante para el gobierno cubano ante la escasez de combustible.
Las autoridades cubanas recalcan que en la temporada veraniega no deben descuidarse las medidas de ahorro, tanto en los hogares como en los centros de trabajo, sobre todo, en medio de la aguda crisis energética que sacude al país, con frecuentes averías en las termoeléctricas y prolongados apagones.
Desde 2021, no cesan las interrupciones del servicio eléctrico en el país debido al déficit de generación de electricidad; lo que ya comenzó a evidenciarse desde el inicio de 2024.
Las constantes roturas y reparaciones de las termoeléctricas, el deficiente estado técnico y los excesivos años de explotación de las instalaciones, unido a la crisis energética provocada por la falta de combustible, han agudizado las afectaciones en el servicio eléctrico, que perjudican con mayor fuerza al sector residencial.
La práctica del cambio de horarios es una medida que se traduce en ahorro de combustible en varios lugares del mundo. Cuba adoptó por primera vez el horario de verano el 10 de junio de 1928, pero la práctica no tuvo mucha aceptación entonces, por lo que al año siguiente fue derogado el decreto que lo establecía. Sin embargo, comenzó a aplicarse de manera regular desde 1963.
En Estados Unidos y Europa se implementó a partir de la Primera Guerra Mundial.
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