Funcionarios cubanos dejaron plantado al periodista oficialista Miguel Reyes Mendoza, en un programa de la Televisión de Guantánamo, donde debatirían sobre la Ley de Soberanía Alimentaria y la nutrición en Cuba.
En medio de la escasez de alimentos que golpea al pueblo cubano, los funcionarios decidieron no dar la cara ante la prensa, y no responder las preguntas que podrían surgir en el plató.
"La irresponsabilidad duele...y más si tiene que ver con el pueblo. En 16 años de Televisión nunca me había encontrado un fenómeno tan triste. Ya se ha hecho rutinaria la ausencia de invitados al programa En Directo, destinado a debatir temas que preocupan a la población guantanamera", dijo Reyes en su perfil de Facebook.
El programa estaba dedicado a la Ley de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional. Se ausentaron a la cita con la prensa, el Coordinador del Gobierno, los representantes de la Delegación de la Agricultura, la Dirección Provincial de la Empresa Alimentaria, y la Dirección Provincial de Salud.
No es la primera vez que funcionarios de Guantánamo se niegan a brindar información al pueblo en los medios de comunicación provinciales.
"¿Por qué se ha hecho habitual el irrespeto a la Televisión en Guantánamo, cuando precisamente la comunicación es uno de los pilares del país? (...) ¿Con qué responsabilidad pueden realizar sus misiones quienes no son capaces de responder ante la prensa? Seré muy sincero: ¡Respeten al pueblo!", dijo Reyes.
El periodista oficialista terminó su publicación usando un fragmento de un discurso de Raúl Castro, dándole a los funcionarios provinciales un poco de su propia medicina:
"Quienes, por insuficiente capacidad, falta de preparación o por haberse cansado, no estén a la altura que exige el momento, deben ceder su puesto a otro compañero dispuesto a asumir la tarea. A todos nuestros cuadros los convoco a meditar cada día sobre qué más puede hacerse para justificar la confianza y el ejemplar respaldo de nuestros compatriotas, aun en medio de tantas necesidades".
El régimen cubano no tiene elementos para defender un discurso tan contradictorio como el de la Soberanía Alimentaria, en un país donde prácticamente no hay comida o tiene un precio excesivamente caro por la inflación.
La producción de alimentos es cada vez más baja. En muchos hogares los padres no pueden ni garantizar un plato de arroz y un vaso de agua con azúcar a sus hijos.
La prensa oficialista la mayoría de las veces tapa esta realidad, y cuando intenta poner los temas en el tapete, los representantes del gobierno simplemente no acuden a dar la cara, y no pasa nada.
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