“Corregir distorsiones y reimpulsar la economía” no es tarea fácil y muestra de ello son las más de dos semanas que lleva el gobernante Miguel Díaz-Canel recorriendo empresas estatales por toda Cuba, intentando transmitir una imagen de compromiso máximo con el “paquetazo” de medidas decretado para conseguir el equilibrio macroeconómico y la "prosperidad definitiva".
El también primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) no coge un respiro y, acompañado de su extenso comitiva de cuadros y periodistas oficialistas, va adonde lo llevan en su afán de transmitir la idea de que el país está produciendo y él lo está controlando en persona.
No está clara la relación entre esa frenética actividad propagandística y la corrección de los desequilibrios macroeconómicos, pero Díaz-Canel hace lo que le mande el verdadero poder del régimen. Si le dicen que coja una guataca y aporque una mata de plátano burro, él lo hace. Y si le dicen que se plante en firme frente a una mata de tomate, ¿quién es él para decir que no?
Al parecer, esto último fue lo que hizo este lunes en el municipio de Arroyo Naranjo, donde se le vio "cuadrado" ante una tomatera, o solanum lycopersicum.
Con hierática postura y la mirada perdida, el gobernante de Cuba escuchó las explicaciones del productor Reynier Ceruto Rodríguez, del Consejo Popular Las Guásimas.
La pose, que se repite en el lenguaje corporal del conocido como “puesto a dedo”, fue captada por los fotógrafos de Presidencia, y compartida a través de las redes sociales de Palacio, donde los responsables de comunicación no se percataron que la composición de la llamativa imagen consigue simbolizar el rumbo perdido de la llamada “continuidad”.
Allí, congelado “en firme” frente a una tomatera, Díaz-Canel escuchó que los 13 trabajadores al mando del usufructuario de tierras Ceruto Rodríguez cobran un salario promedio mensual que se acerca a 19 mil pesos.
Con la mirada perdida, el cansancio reflejado en sus hombros y la ansiedad en su figura, el gobernante escuchó decir que “estas producciones van destinadas al turismo, hospitales, escuelas y a la comunidad”.
"Cuba avanza", habrá pensado para su interior el inquilino de Palacio, plantado en firme ante ese logro de la “continuidad” y la llamada “revolución”.
Después de rendir sus respetos ante la tomatera de Ceruto Rodríguez, la comitiva gubernamental se acercó al polo productivo Marfán, perteneciente al Ejército Juvenil de Trabajo (EJT), donde Díaz-Canel celebró el “encadenamiento productivo” de esta entidad estatal con la Mipyme JC Max, dedicada a producir sistemas de riego, única de su tipo en Cuba.
Allí fue fotografiado con mirada escrutadora (y sin embargo, otra vez perdida) intentando descifrar la leyenda de mapas presentados por un oficial del ejército, y el prometeico mito del “encadenamiento productivo”, que -junto a las 63 medidas, la “corrección de distorsiones” y la “mano dura con las blandenguerías”-, dizque conseguirán estabilizar macroeconómicamente lo que queda de país.
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