En medio de un evidente descontento popular tras el anuncio de un nuevo paquete de medidas económicas que amenaza con encarecer aún más la vida de las familias cubanas, el mandatario Miguel Díaz-Canel pidió “confianza” a la población.
“Cada medida, incluso las que tengan que ver con subidas de tarifas o precios, van a tener un tratamiento para las personas que podrían ser más afectadas”, dijo al visitar el pueblo de Bahía Honda, Artemisa, y pidió “tener en cuenta la confianza en la manera en que el Gobierno va a llevar las medidas”, citó el portal oficialista Cubadebate.
Lo más leído hoy:
“Son medidas duras pero que tenemos que aplicarlas porque, si no, no ordenamos la economía”, dijo Díaz-Canel, quien aprovechó para culpar a la llamada “contrarrevolución” de tergiversar el “contenido” de las propuestas económicas del régimen.
Agregó que “las medidas están anunciadas y no hay ninguna aplicada, por lo tanto no ha cambiado nada”, dijo, sin recordar que a partir del 1 de febrero comenzarán a aplicarse los nuevos precios del combustible, que subió en más de un 500 por ciento, y del transporte, por citar dos ejemplos.
Reiteró que “cada medida se va a aplicar en el momento en que estén creadas las condiciones”; y que “siempre se va a tener en cuenta a los vulnerables, y hay medidas que afectan a pocas personas”.
Aseguró que el régimen está al tanto "de las dudas" que hay en torno al paquetazo, y de "todo lo que la población va opinando".
Las nuevas medidas incluyen el aumento, de entre 20 y 500 %, de los servicios básicos y de consumo en la isla como la electricidad, el gas, el agua, el transporte y los combustibles.
La población descree de que se tomará en cuenta a los más necesitados, cuando el 88 por ciento de la población cubana vive en la pobreza, según cifras aportadas por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos.
Archivado en:
