Luego de reconocer el fracaso del “ordenamiento económico”, así como la imposibilidad de alcanzar el crecimiento proyectado del 3% para el Producto Interno Bruto (PIB), el gobierno cubano anunció una cruzada contra las Mipymes que importan productos terminados.
“La importación masiva, de manera desordenada, de productos terminados o productos listos para la venta, más que la solución de un gran problema de cara al pueblo, ha sido una dificultad, que no nos conduce a disminuir la inflación y no nos ha conducido tampoco a disminuir los precios”, reconoció el primer ministro Manuel Marrero Cruz.
Desde la tribuna del Segundo Periodo Ordinario de Sesiones de la X Legislatura, el primer ministro realizó un balance del impacto de las Mipymes en la economía cubana y concluyó que la proliferación de “nuevos actores económicos” promovida por el régimen no ha conducido a la creación de más riqueza nacional, ni a crear un volumen significativo de puestos de trabajo.
“Hemos aprobado 72 empresas estatales para que le importen a las mismas y a cualquier actor no estatal, los aranceles son extremadamente bajos. ¿Por qué no se habían subido? Porque no queríamos que se reflejara ese costo del arancel en los precios de cara a la población”, señaló Marrero Cruz, reconociendo sin embargo que “esos estímulos no se han reflejado en el precio final” que pagan los cubanos.
Con este diagnóstico en la mano, avisó a los navegantes de las Mipymes: “Nosotros sí vamos a regular eso; vamos a tomar un grupo de decisiones que estimulen a todo el que importe materia prima para producir en Cuba y desestimule a todo el que importe productos listos para la venta, sobre todo los que se producen en el país”.
Entre las medidas anunciadas, se contempla la reducción “para todos los actores económicos en un 50% del pago de los aranceles por las importaciones de materias primas y bienes intermedios, con especial enfoque hacia la producción agropecuaria y de otros alimentos”.
Asimismo, se prevé el incremento de “las tarifas arancelarias a la importación de algunos productos listos para la venta que son producidos en el país, tales corno tabacos cigarros, rones, cervezas y otros productos”.
Además, según Marrero Cruz, se establecerá “un mecanismo financiero diferenciado para la producción nacional de alimentos, en moneda nacional y en divisas, que parta de los propios ingresos que se generen”.
Pero, más allá de decisiones para “estimular a todo el que importe materia prima en el país”, el dirigente se mostró indignado con los “márgenes de utilidad tan exagerados” de los “nuevos actores económicos”, a los que prometió una exhaustiva auditoría de sus libros contables.
“Ese es un asunto que hay que resolver, porque en ningún país del mundo personas con pequeños y medianos negocios se hacen millonarios… No puede ser que ustedes, de un día para otro, quieran hacerse ricos”, dijo Marrero Cruz ante los diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP).
Con las utilidades de las Mipymes en la mirilla, el primer ministro avisó que ya empiezan a descubrir “problemas contables” y empresas que se declaran en pérdida para “no pagar impuestos”, una situación que prometió atajar con mano dura.
El runrún no es nuevo y está sonando desde hace meses: el gobierno lo mismo dice que no se debe intervenir en la dinámica de fijación de precios, que amenaza con intervenir en este ámbito.
“De las más de 8,500 y tantas MIPYMES que nosotros tenemos, la mayoría son comercializadoras, es decir, que no crean riqueza en el país. Si compran productos terminados, es lógico que después los precios que pongan tengan que ser altos”, apuntaba en agosto el presidente de la ANPP, Esteban Lazo Hernández.
Las pequeñas y medianas empresas privadas cubanas triplicaron en el primer semestre de 2023 la venta de bienes y servicios en comparación con el mismo período del año anterior, según datos oficiales.
Sin embargo, a comienzos de octubre Marrero Cruz aseguró que el gobierno revisará “distorsiones” en el emergente sector privado, y que trabajaban en la actualización de la lista de las actividades prohibidas.
“Para nada habrá un paso atrás con esa decisión, existe un consenso en avanzar a partir del incremento de los actores económicos en el país. Pero en este proceso de actualización siempre habrá distorsiones que arreglar y conducir”, dijo Marrero Cruz, dejando en el aire el temor a que la actividad económica privada en Cuba sea nuevamente puesta en la picota.
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