Damnificados del huracán Ian olvidados por Gobierno de Pinar del Río: “No ha venido nadie, nunca”

Hace un año el huracán Ian dejó a miles de familias sin hogar y el gobierno ha dejado a muchos de ellos abandonados a su suerte.

Mujer tendiendo ropa en La Coloma (imagen de archivo) © Radio Guamá / Facebook
Mujer tendiendo ropa en La Coloma (imagen de archivo) Foto © Radio Guamá / Facebook

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Este artículo es de hace 1 año

Cubanos residentes en Pinar del Río, damnificados del huracán Ian, aseguraron a la prensa internacional que se sienten olvidados por el gobierno.

"Aquí no ha venido nadie, nunca", dijo un damnificado del huracán Ian a EFE y aseguró que tras un año, la devastación sigue siendo una pesadilla para muchas familias.


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En medio de la desolación que provocó el huracán, el olvido estatal ha dejado a los damnificados en condiciones inhumanas, sin los recursos necesarios para reconstruir sus casas y sus vidas. Esta situación la vienen denunciando desde hace un año.

José María Puentes (86 años) y su esposa Gregoria Fernández (85 años) son testigos del abandono del gobierno. Su hogar quedó reducido a escombros cuando pasó el huracán Ian, con categoría tres, el 27 de septiembre de 2022.

Desde entonces, su vida ha sido un tormento, no solo por la pérdida de la casa sino por la indiferencia de las autoridades. La única ayuda que recibieron fue una manta. Su casa improvisada consiste en paredes de tabla de madera y un techo de zinc instalado por su yerno con sus propios recursos.

La anciana Marta Travieso (74 años) está "aguantando como una mula". Su casa no tiene techo y solo le quedan cuatro paredes. En cambio, asegura que la escuela cercana fue restaurada a los dos días del paso del huracán.

La frustración y la impotencia se extienden entre los damnificados. Sobre todo si se tiene en cuenta que algunos pobladores de La Coloma ya vivían en albergues desde hace 20 años, tras perder sus hogares por otro organismo ciclónico, el huracán Lili.

Esta semana Juan Pablo Ferreiro (49 años) expresó su descontento y aseguró que las promesas de ayuda hechas por el gobierno se han vuelto agua y sal.

Dolores Rodríguez (48 años) tuvo que recurrir al mercado informal para comprar planchas de zinc para su techo. Las adquirió a un precio elevado, equivalente a casi un mes de su sueldo como limpiadora y el de su marido como pescador.

El Estado solo proporcionó la mitad del techo y el resto tuvo que ser resuelto por su cuenta. "Uno tiene que vivir con lo que ha conseguido", dijo.

El descontento es generalizado en La Coloma, donde los residentes afirman que se entregaron algunos materiales, pero la desorganización y la falta de transparencia en la distribución de recursos favoreció a "los de siempre".

Miguel Díaz-Canel visitó Pinar del Río en los días posteriores al paso de Ian y según los residentes de La Coloma, no se detuvo en las viviendas de la carretera que conduce a esta localidad, una zona donde es común ver las casas sin techo por doquier.

Las cifras oficiales del Ministerio de la Construcción son desalentadoras. Tras un año, solo se ha recuperado el 43% de las más de 100,000 viviendas dañadas por Ian. De los 12,805 derrumbes totales, apenas se han reconstruido 427, lo que representa un 3%.

Uno de los aspectos más criticados de la gestión estatal de esta crisis de vivienda es la prioridad que el régimen le ha dado al cultivo tabacalero sobre las necesidades humanas.

Juan Carlos Carrasco (50 años) lamentó que "son más importantes el tabaco y las casas de tabaco, que las personas".

A pesar de que este renglón es importante para la economía nacional, las cifras oficiales indican que solo el 32% de las 12,000 casas de secado de hojas de tabaco afectadas por el huracán se han reconstruido por completo. Tampoco en eso el régimen ha podido recuperarse.

La lentitud en la solución de los problemas es tal que la desconfianza hacia las autoridades crece cada día y muchas personas se sienten abandonadas a su suerte.

CiberCuba recibió el testimonio de una madre desesperada, que ha luchado durante un año para reconstruir su casa, pero no ha conseguido nada y tuvo que dejar su trabajo.

"Desde el pasado año el ciclón Ian me llevó gran parte del techo de mi casa y lo que quedó está en peligro de derrumbe. ¡Gracias a Dios, no se me ha caído! Estoy cansada de ir a vivienda, al gobierno y todo para nada, mi vivienda sigue igual", contó la mujer.

Tiene dos niños pequeños que en la actualidad tienen cuatro años. La casa se moja cuando llueve y los pequeños no tienen condiciones adecuadas para su salud.

"El año pasado vinieron midieron la casa llenaron papeles y nada. Este año cuando fui a vivienda me dijeron que los papeles había que hacerlos nuevos porque era otro año y los que me habían hecho ya no servían. Cuando veo a la directora se hizo la que no me conocía", dijo.

"Tuve que dejar el trabajo porque no tengo seguridad. Yo no quiero que me regalen nada solo que me faciliten los materiales a un precio módico porque en la calle están excedidos", explicó esta madre cubana. Su historia es un llamado desgarrador pidiendo ayuda para salir adelante.

Un año después del huracán Ian, los damnificados de La Coloma claman por justicia, por atención y por el apoyo que tanto necesitan para superar esta devastadora tragedia.

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