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Las tropas de seguridad fronteriza empleadas por el gobernador Greg Abbott en Texas recibieron instrucciones de empujar a niños pequeños y bebés lactantes de vuelta al Río Bravo, y negarles agua a los solicitantes de asilo, incluso en condiciones de calor extremo.
Según un correo electrónico de un policía del Departamento de Seguridad Pública que describió las acciones como "inhumanas", los agentes "recibieron órdenes de empujar a la gente de vuelta al río para ir a México" y se les ordenó que no les dieran agua a pesar del "calor extremo", reportó Houston Chronicle.
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El texto referido relató varios incidentes no denunciados previamente que el policía presenció en Eagle Pass, donde el estado de Texas ha tendido kilómetros de "trampas" de barriles envueltos en alambre de espino en partes del río con aguas altas y poca visibilidad y ha desplegado un muro de boyas.
Según el correo, el 30 de junio se encontró a una mujer de 19 años, embarazada, que estaba abortando atrapada en la alambrada, retorciéndose de dolor.
En otro episodio lamentable descrito, ese mismo día una niña de cuatro años se desmayó de agotamiento por calor después de ser empujada hacia atrás por soldados de la Guardia Nacional de Texas.
La temperatura superaba los 37 grados Celsius cuando la pequeña intentó cruzar la alambrada, pero fue empujada "debido a las órdenes que se les habían dado".
Además, un adolescente se rompió una pierna al intentar sortear el alambre y tuvo que ser llevado en brazos por su padre.
El alambrado ha aumentado el riesgo de ahogamientos al obligar a los inmigrantes a adentrarse en tramos más profundos del río.
El policía pidió una serie de cambios rigurosos en la política para mejorar la seguridad de los migrantes, incluida la retirada de los barriles y la revocación de la directiva sobre la retención de agua.
"Debido al calor extremo, la orden de no dar agua a la gente también debe ser revocada inmediatamente", escribió el policía, añadiendo más tarde: "Creo que hemos sobrepasado el límite de lo inhumano".
El portavoz del Departamento de Seguridad Pública, Travis Considine, por su parte, dijo que no existe ninguna política que prohíba dar agua a los inmigrantes.
Considine también proporcionó un correo electrónico del director del DPS Steven McCraw pidiendo una auditoría para determinar si se puede hacer más para minimizar el riesgo para los que cruzan de manera ilegal.
McCraw escribió que los policías deben advertir a los migrantes que no crucen la alambrada, redirigirlos a los puertos de entrada y vigilar de cerca a cualquier persona que necesite atención médica.
En otro comunicado, reconoció que ha habido un aumento en las lesiones por el alambre, incluyendo siete incidentes reportados por la Patrulla Fronteriza donde los migrantes necesitaron "atención médica elevada" del 4 al 13 de julio.
"El propósito de la alambrada es disuadir el contrabando entre los puertos de entrada y no herir a los inmigrantes", destacó McCraw. "A los contrabandistas no les importa si los migrantes resultan heridos, pero a nosotros sí, y debemos tomar todas las medidas necesarias para mitigar el riesgo que corren, incluidas las lesiones por intentar cruzar por encima de la concertina, los ahogamientos y la deshidratación".
Los incidentes detallados se producen en un momento en que el gobernado Greg Abbott ha intensificado en las últimas semanas sus esfuerzos por impedir físicamente la entrada de inmigrantes en el país a través de su iniciativa Operación Estrella Solitaria.
Funcionarios federales de la Patrulla Fronteriza han emitido advertencias internas de que el alambre de púas está impidiendo que sus agentes lleguen a los migrantes en situación de riesgo y aumentando el peligro de ahogamientos.
El agente del DPS expresó preocupaciones similares, escribiendo que la colocación de la alambrada a lo largo del río "obliga a la gente a cruzar por otras zonas que son más profundas y no tan seguras para las personas que llevan niños y bolsas".
El gobernador ha dicho que está tomando las medidas necesarias para asegurar la frontera y acusó a los funcionarios federales de negarse a hacerlo.
"Texas está desplegando todas las herramientas y estrategias para disuadir y repeler los cruces ilegales entre los puertos de entrada, ya que las peligrosas políticas de fronteras abiertas del presidente Biden atraen a migrantes de más de 150 países a arriesgar sus vidas entrando ilegalmente en el país", dijo Andrew Mahaleris, secretario de prensa de Abbott.
Congresistas demócratas de Texas pidieron a la Casa Blanca una intervención urgente ante los tratos inhumanos de las tropas.
El congresista Joaquín Castro dijo que se enfrentó al secretario de Estado Antony Blinken en una cena l anoche de este lunes por los nuevos relatos de migrantes maltratados por agentes que trabajan para la iniciativa de seguridad fronteriza del gobernador Greg Abbott.
"Le leí el título y el primer párrafo del artículo del Express-News e insté a la Administración a intervenir - y a eliminar las trampas mortales que Abbott ha instalado por el bien de los derechos humanos", dijo Castro.
Blinken le respondió que la administración está revisando la situación en Eagle Pass y está profundamente preocupada.
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