Las autoridades mexicanas confirmaron la muerte del joven cubano Alejandro Díaz Albert, de 28 años, quien se ahogó cuando trataba de cruzar el Río Bravo hacia Estados Unidos.
La noticia la dio en su cuenta de YouTube el periodista Mario J. Pentón, quien reveló que el cuerpo que habían sacado del río el pasado 25 de diciembre era el del migrante cubano, al cual no hubo necesidad de que ningún familiar lo identificara porque llevaba consigo su pasaporte y su carné de identidad.
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Pentón señaló que el cadáver está en muy mal estado y por ello no podrá ser repatriado a Cuba.
"Conversando con la familia les decía que una opción puede ser una visa humanitaria para que vengan algunos de ellos al funeral y poderse despedir. Normalmente eso se hace a través de congresistas locales, se realiza este tipo de trámite y pueden venir los padres o por ejemplo, la niña. La otra opción que está valorando la familia es cremar el cuerpo y poder enviar las cenizas a Cuba", dijo.
El reportero compartió un audio enviado por una cubana que integraba el grupo de Alejandro, quien relató que cuando iban por el camino al lado del río, las autoridades migratorias los descubrieron y tuvieron que tirarse al agua.
"Ese muchacho creo que no sabía nadar y la desesperación como que lo hundió, no sé", comentó ella.
El martes, la abuela de Alejandro pidió ayuda para encontrar a su nieto, cuando aún la familia tenía la esperanza de que estuviese vivo y lo daban por desaparecido en la frontera de México y Estados Unidos.
El pasado jueves el joven y otras personas indocumentadas intentaron cruzar el Río Bravo alrededor de las 3:30 am. Fue la última vez que se tuvieron noticias de él.
En declaraciones a Pentón, la señora explicó que el grupo de migrantes intentaba evadir a las autoridades. Mientras cruzaban el río a Alejandro se le escapó la mochila, intentó alcanzarla y ya no lo volvieron a ver.
La familia hizo un llamado de solidaridad en las redes sociales para que alguien les ayudara a encontrarlo.
La anciana señaló que el 25 de diciembre las autoridades mexicanas recuperaron un cuerpo del río, pero no sabían si era su nieto. Ella mantenía un hilo de esperanza en que el joven aún viviera.
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