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El Salón de los Plenos del Palacio de la Revolución volvió a vivir este martes una "jornada histórica" en la que el gobierno del "reelecto" Miguel Díaz-Canel volvió a someter a evaluación los tristemente célebres “Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución”.
Doce años después del comienzo de la implementación de “los lineamientos”, las reformas socioeconómicas contenidas en esta política -diseñada por mandato del dictador Raúl Castro tras su acceso al poder en febrero de 2008- la crisis estructural de Cuba deja en evidencia el fracaso de la estrategia diseñada para “actualizar el modelo económico del país sin abandonar el socialismo”.
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“Estamos a mitad de camino, pero no andamos bien; hay que cerrar filas y apurar el paso”, dijo el ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández este martes ante la plana mayor del gobierno, la mayoría de cuyos integrantes ya estaban en el ejecutivo que desarrolló y puso en marcha las conocidas como “reformas raulistas”, diseñadas entonces por el defenestrado “zar de las reformas económicas”, Marino Murillo.
Si las palabras de Gil Fernández no fueron dichas en sentido figurado, el ministro reconoció que faltan 12 años más para que “los lineamientos” terminen de dar sus frutos, un plazo de tiempo que podría duplicar la destrucción causada por la errada política económica y social de la “revolución y el partido”.
Eso en el mejor de los casos, porque –como admitió Gil Fernández- “no andamos bien”, lo cual podría prolongar la agonía de los cubanos todavía más, cronificando la inflación y la desigualdad, unos males que ya han pasado a distinguir la política socioeconómica de la “revolución y el partido”.
A pesar del oscuro vaticinio, el VI Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba evaluó este martes el cumplimiento de “los lineamientos” para el período 2021/2026 y aprobó las “Líneas de Trabajo de la organización para su impulso y control”.
Así lo informó el sitio oficialista Cubadebate, en cuyos servidores ya no aparece el "Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social" original de 2010, un documento que se puso a la venta en forma de folleto en las oficinas de correos y en los estanquillos de prensa del país.
“Vamos en la dirección de favorecer el incremento de la producción nacional, de la captación de divisas con sostenibilidad y hacia medidas que ayuden a incrementar en lo más inmediato la oferta de bienes y servicios a la población”, dijo Gil Fernández en este martes histórico vivido en el Palacio.
Sin embargo, se refirió a las dificultades de siempre en un tono inapropiado para la solemne ocasión. “Ni nos caerá nada del cielo, ni hay magia, lo que hay es un bloqueo tremendo”.
“Pero tenemos en nuestras manos un grupo de medidas que no han dado todos los resultados, pero tienen un gran potencial. Y sí, hay salida; hay solución para continuar avanzando en el desarrollo económico y social de nuestro país”, enfatizó en medio de la aprobación general.
Doce años después de diseñar los 201 lineamientos, según Gil Fernández, “13 están sin avance y 67 tienen un avance bajo, por lo que ambas categorías concentran cerca del 40 por ciento; mientras, 110 tienen un avance medio (54,7 por ciento) y 11 un avance alto (5,4 por ciento).
Un régimen que no rinde cuentas a pesar de su pésima gestión puede permitirse estos resultados; y su ministro de economía puede salir “reelecto” también, a pesar de que reconozca que la producción agroindustrial está muerta, que las exportaciones de bienes y servicios sigan vaciando al país de capital humano de la salud pública y pauperizando la vida de los ciudadanos, y que la inversión extranjera sigue brillando por su ausencia.
“Igual ocurre en lo referido a la estabilización macroeconómica, uno de los aspectos más complejos a alcanzar y cuyos efectos se expresan en los altos niveles de inflación, la distorsión de los precios, la pérdida de poder adquisitivo de los salarios y las pensiones, y la depreciación de la moneda en el tipo de cambio informal, entre otras consecuencias negativas”, explicó.
No obstante, Gil Fernández se felicitó por haber restablecido el mercado cambiario, “a pesar del negativo impacto del mercado informal”, y por “la gradual implementación del perfeccionamiento de la empresa estatal”, con la creación de empresas filiales y Mipymes estatales.
“Hay que cerrar filas y apurar el paso”, dijo el ministro, para quien 12 años más en el poder al frente de la economía socialista de mercado es un plazo de tiempo viable. Siempre que el régimen "cierre filas", claro está.
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