Cubanos solidarios y organizados a través de redes sociales pidieron ayuda para un niño cubano aquejado de una dermatitis atópica seborreica y sin tratamiento médico debido al desabastecimiento farmacéutico que padece el país.
“Este bebé padece de una Dermatitis Atópica Seborreica. Tiene un tratamiento con Clobetazol, pero se hace muy difícil mantener el tratamiento porque escasea dicho ungüento. Se le agradecería a todo el que pueda ayudar con un poquito, un tubo, lo que esté a su alcance”, indicaron en el grupo de Facebook ‘Rayitos de esperanza’.
El grupo fue “creado con la finalidad de aliviar la necesidad de personas vulnerables y necesitadas, ya sea con medicamentos, ropa o alimentos”, y se suma a otros de iguales finalidades organizados por la sociedad civil independiente en Cuba.
“Yo puedo ayudar con un tubito de Clobetazol”; “Le puedo dar un tubo. Llámeme”; “Buenas noches, soy del Cerro y puedo ayudar también con un tubo”; “Yo compartí en el grupo de madres y varias personas pueden ayudar. Vaya a la publicación para que pueda contactarlas”, contestaron de inmediato varios usuarios en el grupo.
“Estuve investigando y la sábila es muy buena para la dermatitis. Frotar la babita de la penca en las lesiones. Mi niña también padece de lo mismo, y como tampoco puedo mantener su tratamiento con los ungüentos, busco alternativas”, dijo una madre.
En menos de 24 horas, más de diez personas ofrecieron el medicamento e hicieron circular la noticia por otras redes. Otras, en su misma situación, ofrecieron consejos de medicina alternativa y naturista.
La dermatitis seborreica es una afección frecuente de la piel que principalmente afecta al cuero cabelludo. Esta causa áreas escamosas, inflamación de la piel y caspa resistente. Normalmente, afecta a las zonas oleosas del cuerpo, como la cara, los lados de la nariz, las cejas, las orejas, los párpados y el pecho.
También denominada caspa, eccema seborreico y psoriasis seborreica, cuando la dermatitis seborreica se produce en los bebés, se llama costra láctea.
Según la Clínica Mayo, esta afección puede ser irritante, pero no es contagiosa y no causa la caída permanente del pelo. Puede desaparecer sin tratamiento, pero también es posible que sea necesario usar un champú con receta médica u otros productos a largo plazo para eliminar los síntomas y evitar los brotes.
El déficit de medicamentos en Cuba, especialmente notable en el caso de afecciones cutáneas, se suma a las dificultades que enfrentan las familias para comprar productos de aseo, higiene y alimentos saludables.
La crisis del sistema público de salud cubano deja desprotegidos a un número creciente de ciudadanos que -golpeados por la inflación, la represión y la incapacidad de los gobernantes para proveer bienes públicos de calidad, como atención sanitaria, acceso al agua potable y otros servicios que el Estado cobra de sus menguantes salarios- recurren a las redes sociales para solicitar ayuda o desahogarse de sus males.
Es el caso de Yadira Rodríguez, una cubana residente en Granma que ha pedido ayuda para su hermanito en más de una ocasión para que sea atendido por especialistas de la enfermedad ocular que padece y por la que no está recibiendo ningún tratamiento.
"Me duele saber que hay muchos médicos de misión en otros países ayudando a tantas personas y que en este, en mi país, no exista empatía. Los que estamos con vida aquí, todavía queremos vivir", protestó la joven impotente ante el desamparo de su hermanito, paciente de una enfermedad de las córneas llamada queratocono.
A comienzos de abril, cubanos pidieron ayuda en redes sociales para Ana Laura Olivera, una niña con poco más de un mes de nacida y que padecía de una escabiosis aguda (sarna), desnutrición y catarro.
Ingresada en el hospital pediátrico de Marianao, La Habana, la pequeña estaba al cuidado de su padre, de 20 años, quien obtuvo la custodia absoluta porque la madre no se ocupaba de ella; según contó la activista Diasniurka Salcedo Verdecia.
A mediados de marzo, el humorista Limay Blanco pidió ayuda para un padre cubano necesitado de una vitamina para su hija de 16 años, aquejada de un problema en las retinas.
En las últimas semanas también han sido varios los llamados a la solidaridad que, a través de las redes sociales, han movilizado a personas para ayudar a familias con personas necesitas de marcapasos, un insumo médico que el sistema público de salud del régimen cubano no provee para pacientes con cardiopatías que podrían morir en caso de no contar con el dispositivo.
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