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Una dosis de la vacuna pentavalente para la inmunización contra cinco enfermedades en animales cuesta hasta 1,500 pesos en Cuba.
En medio de una elevadísima inflación en el país, los cubanos deben pagar un precio exorbitante por una de las tres dosis necesarias para prevenir enfermedades como el moquillo y el parvovirus, según trascendió en una nota del diario local El Artemiseño.
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La falta de medicamentos para animales y la escasez de material sanitario en las clínicas veterinarias estatales obligan a las personas a recurrir a los veterinarios particulares para conseguir las vacunas -importadas- de las que dependen sus mascotas.
Es este el caso de la provincia Artemisa, donde “aun cuando todos los municipios de la provincia poseen una clínica, la falta de medicamentos y la escasez de material sanitario ponen en jaque la calidad y eficacia del servicio”, según contó a ese medio Miguel Sánchez García, director general del Grupo Empresarial Agropecuario y Forestal (GEAF).
Por su parte, Samuel Hernández Miranda, director de Labiofam en ese territorio, explicó que se comercializan para uso veterinario en animales “afectivos” dos vacunas para la prevención del parvovirus y el moquillo canino, y solo se vende en una clínica en el municipio cabecera.
En esa provincia, además, solo hay dos farmacias para comprar fármacos para los animales, una en Bahía Honda y otra en Artemisa, donde el establecimiento se ubica fuera del casco urbano, lo cual "puede ser agobiante para quienes requieran el servicio”, explicó un directivo.
A pesar de que en el Decreto Ley de Bienestar Animal se promueve y fomenta un “Sistema de sanidad confortable, que permite la atención veterinaria en todos los niveles, la prevención de enfermedades y el manejo zootécnico”, el Estado no garantiza los medicamentos ni la protección necesaria para los animales.
La crisis de protección de estas especies en Artemisa se agrava también por la ausencia de centros de acogida y adopción en la provincia, donde solo existen dos donde llevar a los animales callejeros que padecen alguna enfermedad contagiosa
Según explicó Eiglys Argudín Somonte, directora provincial de Higiene y Epidemiología, los albergues para rehabilitar los animales enfermos -principalmente de rabia- están inhabilitados “en espera de reparación y mantenimiento”.
Tampoco existen instalaciones donde alojar a las mascotas abandonadas que no tienen padecimientos y están deambulando por las calles.
La nula atención que el gobierno ofrece a los animales ha sido objeto de polémica en fechas recientes en Cuba.
Activistas cubanos lanzaron una petición que propone modificar el Decreto Ley de Bienestar Animal con el fin de aumentar las sanciones a los maltratadores.
La petición fue difundida por la articulación Bienestar Animal (BAC) Cuba y va dirigida al Ministerio de Agricultura de la República de Cuba, con la consideración de que “las sanciones no son acordes con los actos de crueldad animal en los que se incurren sus ejecutores”.
La falta de vacunas, insuficientes clínicas y ausencia de hogares de acogida se suman a las denuncias por maltratos constante que sufren los animales en el país ante la indolencia del gobierno.
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