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La construcción del nuevo cementerio en Ciego de Ávila se acelera debido a que el próximo agosto marcará la fecha del pico de exhumaciones de restos de fallecidos por COVID-19.
El inicio de la construcción de esta necrópolis tuvo lugar justo en agosto de 2021, cuando Ciego de Ávila sufrió el pico máximo de contagios y muertes por causa de la pandemia, explica un reporte del periódico oficialista local Invasor.
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En 2023 se tiene previsto la ejecución en la citada necrópolis de un presupuesto ascendente a 6,5 millones de pesos, que se invertirá principalmente en el aumento de capacidades del cementerio, asegura Bárbara Domenech Nodarse, especialista de Inversiones en la Dirección Provincial de Comunales.
De esta manera, en el nuevo cementerio, ubicado en las afueras de la capital provincial, contiguo a la Circunvalación Sur y a la carretera a Sanguily, se prevé la construcción de 36 baterías de osarios, las cuales sumarían 3000 capacidades.
También se trabaja en la construcción de 1140 columbarios, en los que los dolientes que lo decidan podrán depositar las ánforas con las cenizas de los seres queridos.
Pese a esta inversión, solo de 10 a 14 obreros asumen las tareas de construcción desde el 8 de febrero pasado debido a la escasez de recursos: “escasea la madera, tres losas esperan por el hormigón desde hace tres semanas y el agua disponible es poca”, explicó Yosbel Montes de Oca Rodríguez, jefe de la fuerza constructora.
En agosto de 2021, en medio del pico de contagios y muertes por el coronavirus, el viejo cementerio de Ciego de Ávila ampliaba de urgencia sus capacidades y poco después se anunciaba la construcción de uno nuevo.
Un año después, en mayo de 2022, se conocía de escenas de féretros desvencijados en las calles interiores del cementerio avileño, incluso huesos.
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