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Inmovilizar un pie fracturado con alambres y cartones fue la solución que encontró una mujer de Holguín ante el déficit de yeso ortopédico en los hospitales cubanos.
"Les dejo la idea. Ya las madres hoy en día se someten a ser creativas sin ser ortopédicas. Espero que nuestro niño mejore con un yeso solo echo con amor y pocos recursos", escribió en Facebook la cubana Thalía Figueredo.
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Las imágenes compartidas muestran la innovación de una mujer desesperada y la alternativa ante la falta de una respuesta del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), que no abastece de medicamentos e insumos los hospitales y policlínicos del país.
"¿Hasta cuándo los médicos de este país van a cerrar los ojos? Son niños Reclamen por favor; no hay jeringuillas; no hay guantes; no hay mochitas; no hay yeso, pero si hay hoteles, si hay carros de turismo y si hay cuánta cosa se les ocurra vender en dólares", escribió una internauta.
Otros cubanos relataron sus experiencias y describieron la caótica situación que se vive en hospitales cubanos y otros centros de salud.
"Yo tuve a mi bebé malito, con una intolerancia a la leche, y no había esparadrapo para amarrarle el suero. Se lo amarramos con bolsas de nailon. Las mochitas las conseguimos porque era un bebé pequeño y a los niños más grandes le pasaban el suero con agujas", describió otra mujer.
Una mujer defendió al gremio médico cubano, y aseguró que trabajan sin recursos suficientes y deben realizar su trabajo con pacientes y sus familiares, sin muchas opciones.
"Conozco médicos muy buenos que no pueden hacer nada, porque ellos no compran los insumos; ellos solo hacen un pedido y el Ministerio de Salud Pública, que ya sabes no es tan pública. Todo esto es pura fachada, porque aquí todo es de quién tú sabes, que no tiene casa", apuntó.
Los pacientes con fracturas deben pagar a elevados precios en el mercado informal el yeso que se utiliza para inmovilizar las extremidades afectadas.
Muchas son las quejas en redes sociales, ante el silencio institucional, de la caótica situación que atraviesan los pacientes y sus familiares, desesperados por el déficit y el mal servicio.
Precinta, gasa y algodón fue lo que utilizaron en un policlínico de Santiago de Cuba para inmovilizar el pie derecho de la madre de Elimay Rivero Núñez, una mujer que denunció además que tuvo que aportar la mayoría de esos productos.
"Esto no es meme", escribió la mujer en su perfil de Facebook.
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