Mi nombre es Isbel Gómez Rivas, vecino de Playa, Matanzas. Les escribo porque vi la publicación del bebé que falleció en La Habana y a mi hija le sucedió parecido y, al parecer, esto es lo que sucede en todos los hospitales de Cuba.
Mi hija, de 19 años, encamada, ingresó en el hospital Faustino Pérez de Matanzas el martes 28 de febrero sobre las 11:00 am., remitida del policlínico Samuel Fernández, en Playa, Matanzas.
Sobre las 6:00 pm. fue que le pusieron un suero en la Sala H porque dijeron que no había insumos médicos, perdiéndose así un tiempo preciado en el tratamiento de mi hija, el cual contribuyó al deterioro de su salud y lo hicieron porque empecé a reclamar.
Más tarde, un médico que pasó visita la remitió a la terapia intensiva, alegando por qué se perdió tanto tiempo en el cuerpo de guardia.
Al no haber camas disponibles la pusieron en la sala de emergencias hasta que al día siguiente, antes los reclamos míos, la trasladaron a terapia intermedia, donde una vez más, por negligencia médica -ya que no le pusieron el oxígeno permanentemente sino por cortos periodos de tiempo- su salud se deterioró y tuvieron que entubarla.
Milagrosamente apareció una cama en terapia intensiva y la trasladaron, todo esto fue debido a una mala diligencia del personal que la atendió.
Después, en el parte dado por los médicos de las 8:00 pm., permitieron que la viéramos a través del cristal y nos dijeron que estaba grave, pero estable, y que a la mañana siguiente le bajarían la sedación y desentubarían.
En esa visita pudimos apreciar que había camas disponibles.
A la mañana siguiente, día 3 de marzo del año en curso, en el parte de las 8:00 am. nos dijeron que su estado seguía siendo grave pero estable.
Alrededor de las 8:30 am. nos dijeron que fuéramos a la sala de terapia y nos explicaron que la niña estaba sufriendo un paro cardio respiratorio debido a su patología.
Diez minutos más tarde salieron y nos dijeron que hicieron todo lo posible pero falleció.
Nos entregaron su cuerpo y estuvimos en un pasillo del hospital con nuestra hija sobre una camilla, nada más que con una sábana nuestra con que la tapamos hasta las 4:30 de la tarde, que llegó el carro fúnebre a recogerla porque no había carros disponibles.
Estoy seguro de que su fallecimiento fue debido a la negligencia médica y que la desentubaron porque denuncié toda esta situación, pero también sé que no me darán respuesta alguna.
Por eso les escribo a ustedes, con la esperanza de que lo publiquen y el mundo vea que Cuba es una potencia médica pero solo para los extranjeros: para el pueblo de a pie sólo hay dolor, tristeza, miseria y hambre.
Tengo fotos de mi hija viva y fallecida para demostrar que me la mataron, solo que no las publiqué por respeto a su memoria.
Les pido de favor que publiquen esta noticia; además, estoy dispuesto a hablar con quien quiera escucharme para que el mundo vea que Cuba no es el paraíso que los dirigentes de este país le hacen creer al mundo.
¿Qué opinas?
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