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La Oficina de Control de Distribución de Alimentos (OFICODA), en La Habana, eliminó en dos ocasiones a la hija de Liyanis Corvea de sus registros, impidiéndole comprar los alimentos racionados que venden en las bodegas.
"Es una falta de respeto, porque ya yo había ido a la OFICODA de 19 y E, y según ellos ya lo habían arreglado. Ahora resulta que por segunda vez vuelven hacer la misma gracia, sin importar que es una menor", lamentó.
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Corvea tiene una hija de tres años de edad, y dijo no entender cómo es posible que sus datos desaparezcan de los registros, sobre todo si durante todo este tiempo ha comprado su cuota.
"Es un mal trabajo y una falta de respeto todo en este país, hasta cuándo y hasta dónde vamos a llegar. Después no quieren que hablen mal del país, pero ellos mismo no se encargan de arreglar este tipo de cosas que suceden a diario. Los menores siempre han sido prioridad, y entonces cómo quedamos", preguntó.
Tras su denuncia, varias internautas respondieron al mensaje, quejándose de la situación y mostrando que no se trata de un caso aislado, sino que hay más personas en su situación.
"Así hay más de cinco mil núcleos en la Habana, por Dios. De igual manera te cambian el nombre o apellidos de cualquier documento. ¿Informatización? Las máquinas no se equivocan, se equivoca quien las opera", escribió una mujer.
"A pesar de todo el trabajo que uno tiene que pasar a diario para alimentar y cuidar de sus hijos y familia, lo único que hacen es empeorar la situación", acotó otra internauta.
"Qué triste es saber que no tienes a quién reclamar, porque todos son harina del mismo costal; para quitar del sistema sí, pero para dar de más, nunca", sentenció otra madre.
Desde que en 2018 el mandatario cubano Miguel Díaz-Canel anunció el interés por informatizar la OFICODA, varias son las quejas de la población sobre la calidad del servicio que brindan, sobre todo en los últimos meses, cuando se han dado de baja a personas de manera injustificada.
Uno de los nombres que mas ha sonad o por estos días es el del psicólogo y comunicador Manuel Calviño, quien aseguró en su programa "Vale la pena", que fue dado de baja por un error humano.
La periodista oficialista italiana Ida Garberi, con más de dos décadas residiendo en Cuba, conoció que no tenía derecho a comprar con la libreta de racionamiento el módulo alimenticio que le venden a los ciudadanos del país.
"No estaba en el listado", dijo con asombro, luego de exigirle una solución a la trabajadora que atendió su reclamación.
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