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El reconocido pianista cubano Chucho Valdés dedicó unas emotivas palabras a su padre cuando se cumplen 10 años de su muerte.
"Hoy se cumplen 10 años de la desaparición física de uno de los músicos más importantes de la historia de la música cubana y que tuve la suerte de tenerlo como padre, maestro y amigo. Tú vives en mí y en el piano que me mandaste y eso nos hace inseparables. Besos al cielo", expresó en su Instagram.
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Chucho y su padre Bebo Valdés fueron grandes amigos, además de padre e hijo. Compartían su amor por la música, su virtuosismo a la hora de tocar el piano y hasta fecha de cumpleaños.
La salida de Bebo del país fue una de las experiencias más tristes y dolorosas de la vida de su hijo, tal como reconoció recientemente en entrevista con Ian Padrón en redes sociales.
En ella Chucho aseguró haber pagado un precio muy alto por la decisión de su padre de abandonar Cuba en 1960, algo que repercutió en su carrera profesional, pues debió abrirse camino en medio del recelo de las autoridades de la cultura oficialista, y además asumir la responsabilidad familiar.
"Tuve que echarme el peso de la familia y también pagar el precio de la salida de mi papá. Cuando tenías un padre que se había ido, ya no eras bien visto, porque podías seguir su ejemplo. Se puede decir que pasé el Niágara, no en bicicleta, sino en patines. ¡En carriola lo pasé! Fue muy, muy duro", dijo.
El compositor recordó que en 1967 lo bajaron del avión que llevaba a la Orquesta Cubana de Música Moderna a Canadá, junto a otros muchos artistas que tenían familiares en el extranjero.
La partida de su padre al exilio fue traumática para él, por la cercanía que ambos tenían.
"No tuve valor para ir al aeropuerto. Fue mi mamá, fue mi hermano… Yo estuve llorando una semana, incluso creyendo que venía en diciembre. Pero pasaba el tiempo y no volvía. Con 19 años me quedé de cabeza de familia", rememoró.
En diciembre pasado, el prestigioso pianista compartió una emotiva anécdota con la marca de pianos Steinway & Sons, de cuando decidió honrar uno de los deseos de su padre Bebo Valdés quien, antes de morir en 2013, le dijo que siempre había querido que él tuviese un piano Steinway modelo D.
"Cuando cumplió un año de fallecido le dije a mi esposa 'en lo único que no complací a mi padre fue en tener el piano", contó Chucho.
Decidieron entonces salir a buscar uno. Llegaron a una tienda y había 10 pianos de uso de esa marca y modelo iguales, cubiertos con telas. Chucho descubrió las teclas para probarlos y eligió uno en particular, porque había sentido algo especial al tocarlo.
El dueño de la tienda le dijo que ya lo tenía comprometido, pero que podía llevarse cualquiera de los otros nueve, que todos eran iguales.
"Yo sé que hay nueve iguales, pero yo quiero este", replicó.
Finalmente, el hombre accedió a vendérselo y, al quitarle la tela y abrirle la tapa, se llevaron la sorpresa de que adentro tenía la firma de Bebo Valdés.
"Yo me puse a temblar y dije 'por eso yo lo quería, lo quiero mañana mismo en mi casa', y ese es el Steinway que yo tengo en mi casa, firmado por mi papá, y es mi piano y de los hijos míos y de toda la familia", concluyó.
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