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Senadores cubanoamericanos enviaron una carta al secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, en la que abogaron por desalentar la explotación de médicos promovida por el régimen cubano.
Así se lo comunicaron este viernes los senadores Marco Rubio (R-FL) y Bob Menéndez (D-NJ) en una misiva que dio una nueva voz de alarma sobre la continuidad de las "misiones" médicas internacionales de Cuba.
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“Le escribimos para solicitarle que renueve y fortalezca sus esfuerzos diplomáticos para crear conciencia sobre los intentos de Cuba de promover la trata de personas en todo el Hemisferio Occidental. Específicamente, le pedimos que inste a los gobiernos de la región a que dejen de utilizar personal médico cubano en sus programas nacionales de salud”, dijeron.
Denunciada por organismos internacionales y la propia sociedad civil independiente, la contratación de profesionales de salud cubanos ha sido considerada como “tráfico de personas” y es motivo de que Estados Unidos mantenga a Cuba en la “lista negra” sobre la materia.
“Pedimos que amplíe significativamente los esfuerzos diplomáticos de EE. UU. para poner fin a la cruel explotación de los aproximadamente 50,000 profesionales médicos cubanos que no reciben compensación por su trabajo y, en cambio, son utilizados como instrumentos de opresión por el régimen cubano”, expresó el senador Rubio en un comunicado.
Los cubanoamericanos aprovecharon para recordarle a Blinken que el Informe anual sobre trata de personas (TIP, por sus siglas en inglés) y el Informe anual sobre derechos humanos del Departamento de Estado han encontrado que las misiones médicas internacionales de Cuba son una forma de trata de personas y esclavitud moderna.
Las autoridades cubanas “administran un sistema mediante el cual los médicos y el personal sanitario cubano se ven obligados a trabajar en el extranjero bajo contratos opacos”, denunciaron.
“El régimen cubano no solo confisca los pasaportes, las credenciales profesionales y los salarios de las víctimas de estos programas, sino que también amenaza a estos profesionales y sus familias si intentan irse”, recordaron los políticos al jefe de la diplomacia estadounidense.
No obstante la evidencia en este sentido, basada en testimonios y datos contrastados, aliados del régimen cubanos como los gobiernos de México, Brasil y Colombia han anunciado en fechas recientes su intención de expandir o reiniciar su participación en estos programas coercitivos.
Pese a la falta de personal sanitario en la isla, La Habana envió a comienzos de año a otros 124 médicos a México, que completarán un total de 610 destinados a trabajar en zonas marginadas, según reveló a inicios de año el director general del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Por las mismas fechas, el Ministerio de Salud de Brasil anunciaba que reiniciaría el programa Mais Médicos, que llegó a emplear a cerca de 20,000 médicos cubanos en los años que estuvo en funcionamiento hasta 2019.
Los senadores recordaron a Blinken que la participación en estas misiones constituye una violación del Acuerdo firmado entre Estados Unidos-México-Canadá, así como de las propias leyes de estas naciones que prohíben el trabajo forzoso.
En ese sentido mencionaron que las misiones médicas cubanas olación directason una vi del Artículo 23 del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, México y Canadá, que exige “la eliminación de todas las formas de trabajo forzoso u obligatorio”, algo que también prohíbe la propia Constitución mexicana.
“También es inconsistente con el compromiso de nuestra nación con las libertades fundamentales y los derechos humanos universales”, recalcaron Menéndez y Rubio. Los legisladores, que han denunciado esta situación en anteriores ocasiones, pidieron a la administración Biden mayor contundencia en la lucha contra esta moderna forma de esclavitud.
“Le pedimos que amplíe significativamente los esfuerzos diplomáticos hacia los Estados que se prestan para servir de instrumentos de opresión del régimen cubano”, dijeron.
Al respecto, pidieron que Estados Unidos comparta con dichos Estados “la misma evidencia que informa los hallazgos del Departamento con respecto a las misiones médicas cubanas en su informe anual sobre la Trata de Personas”.
Además, en caso de ser necesario, los cubanoamericanos demandaron mano dura con aquellos países que se resistan a la evidencia por afinidades ideológicas o intereses comunes con el régimen cubano.
Para ello invocaron el programa de sanciones Global Magnitsky, que castiga a funcionarios de gobiernos extranjeros responsables de apoyar la continuación de graves abusos contra los derechos humanos, en este caso de los médicos cubanos.
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