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Cuba acumula ya un premio de $1.5 millones de dólares de incentivo por haber llegado a semifinales en la quinta edición del Clásico Mundial de Béisbol.
El torneo, avalado por la Major League Baseball (MLB), repartirá por primera vez casi $14 millones de dólares en premios.
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Los 20 equipos reciben $300,000 dólares solo por haber clasificado.
En el caso de Cuba, recibirá otro incentivo de $300,000 dólares por haber sido líder de su grupo, condición que comparte con Japón, México y Venezuela.
Además, las selecciones que avanzaron a cuartos de final tendrán $400,000 dólares, y si llegan a semifinales -hasta ahora solo se han definido Cuba y Japón- recibirán otros $500,000 dólares.
Sumándolo todo, Cuba va ya por $1.5 millones de dólares acumulados, una cifra que podría sumar 500,000 más si triunfa el domingo y pasa a discutir la final.
Por último, el ganador del campeonato recibirá un millón y al final se irá a casa con $3 millones.
Por su parte, el que quede en segundo lugar se agenciará otros $500,000 dólares.
No se conoce hasta el momento cómo Cuba cobrará ese premio, teniendo en cuenta las restricciones impuestas por el embargo estadounidense. El Departamento del Tesoro no respondió aún una comunicación de CiberCuba indagando sobre el asunto.
Tampoco las autoridades cubanas se han pronunciado sobre cómo repartirá el dinero en caso de poder cobrarlo.
El equipo cubano se enfrentará el domingo a Estados Unidos o Venezuela en las semifinales del Clásico.
Una encuesta del periodista de CiberCuba Michel Contreras arrojó que los fanáticos cubanos prefieren que el choque sea contra Estados Unidos, uno de los grandes favoritos del evento.
En 2009, tras la celebración del segundo Clásico, en el que Cuba fue derrotada en la segunda ronda, un alto funcionario del Instituto Nacional de Deportes (INDER) denunció que la selección debía recibir un millón de dólares en incentivos, y que no había podido hacerlo por culpa del "bloqueo".
Según Cubadebate, en la primera edición del evento, celebrada en 2006, el gobierno renunció a los incentivos que le correspondían y los donó a los damnificados del huracán Katrina, que azotó Estados Unidos el año anterior.
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