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El arquitecto italiano Vittorio Garatti, uno de los artífices del diseño de las Escuelas Nacionales de Arte de Cubanacán, en La Habana, falleció en la ciudad de Milán a los 96 años.
La prensa oficial cubana destacó en una breve nota luctuosa que Garatti murió el pasado 12 de enero y era el último sobreviviente del formidable trío de creadores que diseñaron las instalaciones en los terrenos del antiguo Country Club.
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El italiano se hizo cargo personalmente de las escuelas de Música y de Ballet, "concebida la primera como una estructura serpenteante que integraba salones para clases teóricas y prácticas instrumentales, además de dos salas de conciertos; la otra como un conjunto de pabellones abovedados cubiertos de terracota, con facilidades óptimas para la formación danzaria", señaló el diario oficialista Granma.
Las edificaciones fueron levantadas en el campo de golf del Country Club por el arquitecto cubano Ricardo Porro, quien regresó a la isla después de 1959 e invitó a sus colegas Roberto Gottardi y Vittorio Garatti a participar en el proyecto, por el cual años después debieron abandonar el país acusados de querer imponer una mentalidad burguesa y elitista en la nueva sociedad cubana.
El complejo constructivo quedó inacabado pero "tanto el diseño como las edificaciones puestas en uso marcaron un momento estelar en la arquitectura cubana de la Revolución y señalaron un hito celebrado más allá de nuestras fronteras", señaló la prensa oficial cubana.
En 2012 los tres arquitectos merecieron el Premio Vittorio de Sica de arquitectura por la proyección de las escuelas cubanas, las cuales fueron proclamadas Monumento Nacional.
La Universidad de las Artes en La Habana distinguió con el premio Honoris Causa a Garatti, quien también contribuyó al desarrollo del Instituto de Planificación Física y al Plan Maestro de la capital.
El portal ArchDaily describió el trabajo del italiano en un artículo donde menciona que "se construyeron un total de cinco escuelas: Danza contemporánea, Bellas Artes, Artes Escénicas, Música y Ballet. Todos los edificios compartían un enfoque similar en cuanto al material y la estructura; sin embargo, cada uno presentaba una interpretación diferente del sitio y reflejaba su programa específico".
"La Escuela de Música, diseñada por Garatti, era una estructura serpenteante de 330 metros, que seguía el contorno del río, y se complementaba con espacios abovedados y dos grandes salas de conciertos y prácticas. Otro diseño de Garatti fue la Escuela de Ballet, que se configuraba a partir de un grupo de pabellones abovedados cubiertos de terracota, entre los que se entrelazaban caminos que fomentaban los encuentros fortuitos dentro del complejo", explicó la publicación.
Recordó asimismo que el proyecto quedó inconcluso en 1965 y sus arquitectos catalogados de elitistas y obligados a abandonar la isla: "El entusiasmo que acompañó a la creación de las escuelas comenzó a deteriorarse con la crisis de los misiles en Cuba en 1962. Las escuelas parecían fuera de escala luego de la Revolución: un uso extravagante e innecesario de los recursos".
Aquella arquitectura novedosa se vio suplantada por una más utilitaria. Censores y burócratas acusaron a los arquitectos (Ricardo Porro, Vittorio Garatti y Roberto Gottardi) de ser unos "egocéntricos burgueses y aristócratas culturales" y fueron obligados a abandonar el país. Porro se exilió en París, y Gottardi fue acusado de espionaje y perseguido.
En 2014 el régimen cubano los rescató y reconoció su trabajo con las mencionadas distinciones.
Vittorio Garatti nació en abril de 1927 en la ciudad Milán y se graduó en su Politécnico en 1957. En 2017 falleció en La Habana a los 90 años su colega Roberto Gottardi.
En 2016 la prensa independiente denunció que las Escuelas de Arte se encontraban en ruina a punto de ser devorada por la maleza, y en 2019 Italia ofreció 2.5 millones de euros para rescatarlas.
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