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Yasmani Copello, un atleta cubano de campo y pista, que lleva varios años compitiendo bajo la bandera turca en la carrera de 400 metros con valla, afirmó que de Cuba se lleva muy malas sensaciones.
En una entrevista concedida a la revista deportiva Play Off Magazine, Copello recordó sus primeras experiencias como corredor en Cuba, relató los malos ratos sufridos como parte de la selección nacional, de donde lo expulsaron y contó cómo llegó a romper su marca personal en el 2021 el récord de Turquía.
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“De Cuba me llevo muy malas sensaciones, porque no reconocieron mi trabajo, y fue lo que me dolió, a pesar de lo disciplinado que era. No puedo decir que la medalla se la puedo dedicar ni un pedacito a Cuba, porque no creyeron en mí. Es para mí, mi familia y los que creyeron en mí”, opinó.
En su testimonio, el atleta explicó que su paso por el equipo representante de Cuba estuvo lleno de momentos amargos.
“Disfruté lo que hacía, pero no me sentía libre de hacer lo que quería. Exigían demasiado para lo que había, presionado todo el tiempo”, expresó.
La historia de Copello está repleta de sacrificios. Después de años de disciplina y entrenamiento con su primer entrenador, Omar Demístocle -con quien estuvo desde los 12 a los 17 años- pasó al equipo nacional donde otro se llevó el mérito por la formación que le garantizó Demístocle.
Según declaró en la entrevista, con 23 años fue sacado de ese grupo con la justificación de que “iban a hacer recortes”.
“Yo era campeón nacional, el único que me ganaba era Omar Cisneros y estaba afuera de gira, no perdía con los de aquí. Efectivamente, mi entrenador vino de allá y me dijo que tenía que hacer un recorte y que no podía seguir. Le habían dicho de arriba que yo no tenía nivel para estar en el equipo”, contó el deportista.
Habiendo sido despedido de la selección, Copello continuó su entrenamiento “con la rabia de demostrarles a ellos de que se habían equivocado”, hasta que ganó varias competencias nacional y lo quisieron de vuelta en el equipo, algo que rechazó el joven.
Sin embargo, el joven se decantó por un club español que se había interesado en él, y continuó su carrera en ese país, para luego pasar a Turquía, donde se encuentra actualmente.
"Cuando sacas el chip de Cuba es todo relajado. Había un entrenador de velocidad cubano que me vio en Río, mientras estaba calentando para la final de los 400 con vallas. Me dijo que me había visto bien, y me preguntó que cuándo tenía la final; le dije que en 40 minutos. Se sorprendió porque no estaba nervioso, estaba muy relajado", afirmó el corredor.
Su esfuerzo lo llevaron a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016, donde obtuvo una medalla de bronce en los 400 metros con vallas, pero no dedicó su triunfo a Cuba porque no reconocieron su trabajo.
Según rememoró, en el podio recordó todos los problemas que pasó en Cuba y en todos lados y empezó a llorar. "Me preguntaban qué me pasaba. No podía", dijo.
Copello, que quiere volver a ser finalista en un Mundial, participar en los Juegos Olímpicos nuevamente y competir las Ligas del Diamante, manifestó sentirse feliz y relajado con su vida, además de agradecido por quienes le dieron una oportunidad para continuar.
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