La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) exigió a los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua la urgente liberación de las personas encarceladas por razones políticas.
El organismo de la Organización de Estados Americanos (OEA) también pidió este jueves en un comunicado el respeto y la garantía de vida e integridad personal de los presos políticos, además de animar a “emprender acciones humanitarias que permitan constatar y mejorar sus condiciones de detención”.
La CIDH expresó, además, su preocupación por la persistencia de detenciones arbitrarias y el uso indebido del derecho penal para perseguir a las personas con discrepancias político-ideológicas a los gobiernos de turno o a las que ejercen legítimamente las libertades fundamentales de expresión, reunión y asociación, así como la defensa de los derechos humanos.
También el organismo apuntó que si bien estas prácticas fueron denunciadas en diferentes países del hemisferio, se destaca que son utilizadas principalmente por gobiernos autoritarios, caracterizados por la sujeción del Poder Judicial al Ejecutivo, como Cuba, Nicaragua y Venezuela.
El comunicado subraya que en estos países las personas privadas de libertad por motivos políticos enfrentan un tratamiento diferenciado, derivado de las razones que motivaron su encarcelamiento, lo que ha provocado grave deterioro de salud de varias de ellas; y con riesgo de sufrir afectaciones a su vida e integridad personal.
Entre los patrones de tratamiento diferenciado destacan a la ausencia de información oficial acerca de su situación, incluyendo el lugar de alojamiento; al empleo de regímenes de aislamiento e incomunicación; a la falta de atención médica oportuna y especializada; a la falta de acceso al agua potable y, a la alimentación adecuada, además de estar en condiciones insalubres y poner obstáculos para mantener contacto regular, directo y digno con sus familias incluyendo a sus hijos e hijas; así como restricciones a las visitas por largos períodos de tiempo; y el sometimiento a tortura y tratos crueles, inhumanos y degradantes.
La CIDH denunció, además, que las mujeres privadas de libertad por motivos políticos enfrentan impactos diferenciados debido a su género y entre los patrones que enfrentan expusieron a la violencia de género; tortura y malos tratos como método de castigo, represión y humillación por su rol histórico de liderazgo social.
Asimismo, condenaron que a las mujeres trans presas de conciencia las mantengan detenidas con hombres, lo cual deriva en múltiples formas violencias, y la ubicación de mujeres presas política en centros de detención alejados de sus familias, como forma de represalia o castigo por su activismo.
La CIDH es un órgano principal y autónomo de la OEA, cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
El organismo tiene el mandato de promover la observancia de los derechos humanos en la región y actuar como órgano consultivo de la OEA en la materia.
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